La diferencia entre el billete oficial y el informal ya ronda el 40%. Las consecuencias se sienten en el rumbo de la economía: se profundiza el estancamiento y la inflación no da respiro. La economía está a punto de explotar. Así puede definirse el panorama que se está viviendo en el mercado local, donde, en momentos en que el Gobierno extremó a más no poder las trabas para la compra de divisas extranjera y hasta decidió pesificar (en una actitud confiscatoria, violando la propiedad privada) las jubilaciones extranjeras, el dólar paralelo ayer cerró en $ 6,40 en el circuito informal. Se amplió así la brecha sobre la cotización oficial, que cerró a $ 4,57 y puso de manifiesto que la situación económica está atada con un fino alambre oxidado, a punto de cortarse. Como si fuera poco, el Gobierno nacional incentiva disputas políticas con el gobernador Daniel Scioli, lo que genera dificultades para el pago de sueldos y aguinaldo, provocando un daño aún mayor al vapuleado mercado interno.
Las consecuencias que se están registrando son muy preocupantes. La actividad inmobiliaria está en estado de recesión (ver aparte), prácticamente no se compra ni se vende ni un departamento en La Plata. Y el peso prácticamente se convirtió en cartón pintado: con $ 100 apenas se pueden comprar 2 kilos y medio de asado, cuando hace ocho años equivalía a 16 kilos; o menos de 5 kilos de yerba, mientras que en 2004 con ese billete se podían llevar 25 kilos. Los números son claros: en julio de 2003, los papeles de 100 representaban el 31% de la cantidad de billetes en circulación; hoy ya son más de la mitad, un 56%, según el Banco Central.
Las consecuencias que se están registrando son muy preocupantes. La actividad inmobiliaria está en estado de recesión (ver aparte), prácticamente no se compra ni se vende ni un departamento en La Plata. Y el peso prácticamente se convirtió en cartón pintado: con $ 100 apenas se pueden comprar 2 kilos y medio de asado, cuando hace ocho años equivalía a 16 kilos; o menos de 5 kilos de yerba, mientras que en 2004 con ese billete se podían llevar 25 kilos. Los números son claros: en julio de 2003, los papeles de 100 representaban el 31% de la cantidad de billetes en circulación; hoy ya son más de la mitad, un 56%, según el Banco Central.
Suba acumulada
Con la última escalada, se consolida una diferencia entre el dólar paralelo y el oficial que ya ronda el 40%. En el año, la divisa en el mercado informal acumuló una suba de $ 1,70 (pasando de
$ 4,70 a $ 6,40), mientras que en el segmento oficial el aumento fue de 24 centavos (pasó de $ 4,32 a $ 4,57).
De esta forma, los $ 6 que a principios de año aparecían como techo del billete paralelo hoy se transformaron en el piso.
Según explicó a Hoy el economista Juan Dumas: “El nivel del dólar paralelo se va a ir ajustando indefectiblemente con el nivel de inflación que venimos sufriendo desde hace tres años. Y ahora el hecho de no poder acceder al dólar oficial hace que la demanda que exista para los usos que no son el comercio exterior vaya llevando la cotización para arriba”.
Se siente “la ausencia de un plan económico”
La escalada de medidas restrictivas que el Gobierno fue imponiendo desde octubre del año pasado a la compra de dólares no hizo otra cosa que aumentar la incertidumbre y hacer escalar el precio del dólar paralelo.
El economista Juan Dumas aseguró a este diario que “lo que percibe la gente es la ausencia de un plan económico. Cuando uno percibe que hay un plan económico que es coherente, que está fundamentado, entonces las expectativas que se generan alrededor de eso son positivas. Es un círculo virtuoso en que la gente tiende a invertir, a consumir, etc. Cuando eso no es así, la gente lo que ve son medidas que se toman con una visión de muy corto plazo, de cortísimo plazo, simplemente como parches para ir tirando de un día para el otro, y su sensación es todo lo contrario”.
En el mismo sentido, otro economista, Pedro Andrieu, aseguró a Hoy: “La sucesión de medidas lo que le transmite a la gente, como mínimo, es que no todo está tan bien como se dice”.
Andrieu reflexionó además que esta situación tiene consecuencias directas y visibles en la economía: “La consecuencia que esto trae es que gente que tendría que hacer transacciones, que tendría que comprar o vender, la mayoría levanta el caballo esperando a ver qué es lo que sucede, como ha pasado con la compra y venta de inmuebles”.
Aumento de las restricciones y baja en los depósitos
El Gobierno se ha encargado de establecer una seguidilla de medidas para impedir la compra de dólares, que aumentó la demanda de la divisa en el mercado paralelo.
“Cada vez más la gente toma ese valor como tipo de cambio porque es el único tipo de cambio al cual puede acceder”, aseguró el economista Juan Dumas.
En la actualidad sólo se pueden adquirir dólares para viajes al exterior y, hasta octubre, para la adquisición de viviendas. La última medida polémica en torno a la divisa estadounidense fue la dispuesta por el Banco Central, conducido por Mercedes Marcó del Pont (foto), al establecer que los jubilados que cobran sus haberes en monedas extranjeras recibirían las mismas en pesos. La resolución afecta directamente a unos 80.000 jubilados que viven en nuestro país.
Al mismo tiempo, desde octubre de 2011, cuando empezaron las restricciones cambiarias, ya se fugó casi el 40% de los depósitos en dólares que había en los bancos. Los ahorristas se llevaron alrededor de 5.954 millones de dólares.
Cae el consumo de indumentaria
Según estimaciones privadas, este invierno la mayoría de las marcas de ropa vendieron en promedio de 5 a 10% menos en unidades que el invierno pasado.
Por esta razón, algunas firmas resolvieron iniciar las liquidaciones de temporada más temprano, en plena ola de frío polar, y a ofrecer incluso mayores rebajas que las usuales para el inicio del fin de temporada.
Algunos locales de ropa comenzaron a fines de junio, apenas después del Día del Padre, y otras a partir del 6 de julio, con descuentos que van del 20% hasta el 50%. Se prevé que a fin de mes se profundizarán y extenderán esas ofertas para liquidar el stock del invierno y dar así lugar en las vidrieras, en agosto, a la nueva temporada.
Mercado inmobiliario: alarma por el derrumbe
El titular de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), Néstor Walenten, denunció ayer que la compraventa de inmuebles experimenta un “descenso paulatino y constante” que llevó al sector a ubicarse “por debajo de los peores años de la década”, a partir del cepo cambiario.
En el primer semestre de 2012, las operaciones registraron una caída interanual del 20 por ciento en la ciudad de Buenos Aires, indicó Walenten, y subrayó: “Si anualizamos esta cifra, vamos a estar por debajo de los peores años de la década, 2001 y 2002”. Según el corredor inmobiliario, “desde la instauración de las restricciones cambiarias”, a fines de octubre de 2012, “indudablemente el mercado viene mostrando un descenso paulatino y constante” en la Argentina.
A su criterio, “un mercado que venía dinámico, pujante, que estaba generando nuevas construcciones y dinamizando distintos sectores, ha sufrido estas restricciones cambiarias que lamentablemente lo han derrumbado”.
La Casa Rosada bloqueó la posibilidad de comprar dólares para realizar operaciones inmobiliarias, apelando a una pesificación forzosa del sector en busca de combatir la fuga de divisas en dólares, y esta decisión se tradujo en un golpe significativo a las operaciones de la industria.
