La Presidenta eligió para homenajear a Eva Perón uno de los municipios más beneficiados por los recursos nacionales, pero que sigue siendo uno de los más pobres y corruptos del Conurbano. "Muchachos, corran la bandera de Urquiaga intendente, que la Presidenta los quiere ver a todos”, se escuchó por los parlantes montados en el predio del Mercado Concentrador de José C. Paz, donde Cristina Fernández habló minutos después para homenajear a Eva Perón en el 60° aniversario de su muerte.
Ante la negativa, la voz insistió, pero esta vez identificando al destinatario por el apellido. “Ya se vio el trapo, lo podés bajar”, ordenó desde el escenario. Lo curioso es que el que hablaba era el propio intendente de José C. Paz, Carlos Urquiaga, uno de los que precedieron a la Presidenta en los discursos de ayer a la tarde.
El clientelismo político es una práctica habitual en el distrito del noroeste del Conurbano bonaerense, que hasta 2011 estuvo gobernado por su verdadero caudillo, Mario Ishii, que es el padrino político de Urquiaga y fue otro de los oradores de ayer. Pero no sólo eso: con su poncho rojo estilo salteño, el exintendente ofició de anfitrión de la Presidenta.
No se podía esperar menos de Ishii, que gobernó José C. Paz desde 1999, cuando era un acérrimo duhaldista, ya que su distrito fue uno de los más beneficiados por los planes de vivienda durante los gobiernos kirchneristas. Incluso más que La Matanza, a pesar de que no tiene ni la cuarta parte de su población.
En seis años, José C. Paz llegó a recibir 7.500 viviendas construidas y pagadas con fondos del Gobierno nacional. Esa cantidad le permitió a Ishii repartir entre los concejales diez viviendas a cada uno para que las entregaran como mejor les pareciera, por lo que recibieron una casa Olga Salate (hermana del concejal Mario Salate y prima de Ishii), Emiliano Maliene (hijo del concejal Hugo Maliene), Sonia y Cintia Galeano (hijas del director de Vivienda del municipio, Neslon Galeano), Federico Fenoy (hijo del jefe de Rentas, Ricardo Fenoy), María Cristina Angio (empleada de la secretaría privada de la intendencia), Elba Benítez (secretaria privada de la intendencia) y tres hermanos del concejal oficialista Rodolfo Pino, entre otros, según reveló una investigación periodística.
Pero el resumen del clientelismo y las relaciones familiares con los que Ishii gobernó durante una docena de años José C. Paz lo representa doña Santa Isabel González, la madre del exintendente. En el humilde distrito del Conurbano todos sabían que para recibir una ayuda social había que pasar por la Casa de las Provincias, una vivienda privada donde atendía doña Santa, que fue concejal y hasta estuvo a cargo de la intendencia en ausencia de su hijo, pero también coordinaba los planes sociales y las afiliaciones al Partido Justicialista.
Ishii pagó la ayuda discrecional a su distrito con muestras de disciplinamiento. Fue candidato testimonial en 2009 y también se presentó para gobernador en la interna abierta peronista de 2011, enfrentando a Daniel Scioli. Pero el grado máximo de sumisión lo alcanzó en 2009, cuando se tomó unos días en la intendencia para salir a cazar a los “traidores” a Néstor Kirchner, que aseguraba que habían mandado a votar en contra del expresidente en las legislativas de ese año. Sin embargo, Ishii volvió de la cacería a la intendencia con las manos vacías.
El regreso del cazador de traidores
El exintendente de José C Paz Mario Ishii ayer volvió a las acusaciones de traición a los K, pero esta vez apuntó contra la CGT.
En el acto en homenaje a Evita en su distrito dijo que los dirigentes gremiales “durante estos años fueron llevándose un montón de beneficios”, y les reprochó que “nos han pagado algunos con una traición, una puñalada trapera”.
La Presidenta le devolvió la gentileza cuando le tocó hablar. “Mario querido, no te preocupes por los saboteadores, siempre va a haber saboteadores de los proyectos nacionales, populares y democráticos; lo que nunca van a poder sabotear es la historia, porque la historia finalmente más temprano que tarde termina haciendo justicia”, le dijo Cristina.
