HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

miércoles, 22 de junio de 2011

INDISCUTIBLE KOHERENCIA

Es tiempo de mirar hacia adentro y ser honestos, aunque sea para desentonar con el resto…


Coherencia como pocas. Ningún asombro debería despertar en la ciudadanía el lanzamiento de la candidatura de Cristina. Desde el comienzo han hecho lo que quisieron y no hallaron límite para ello.

Lo hemos dicho un sinfín de veces: si algo había para rescatar del gobierno actual es su fidelidad al mentado “estilo K”: desparpajo, soberbia, impunidad, ceguera, demagogia, actuación, oratoria y ficciones repetidas como premisas incuestionables, compra de voluntades y clientelismo como recurso harto conocido.

Los Kirchner han trabajado en torno a todo ello para llegar a este momento desde hace 8 años. Ningún otro, guste o no aceptarlo, lo ha hecho con tanto énfasis y tanta vehemencia. Arremetieron hasta contra el sentido común y la decencia.

La concepción política del kirchnerismo no se alteró nunca: batallaron contra todos, incluso contra sí mismos en circunstancias donde los propios errores le rebotaron como boomerang.

Néstor Kirchner maniobró electoralmente la situación al extremo de nombrar a dedo a su esposa como candidata para poder regresar él, y no ver cercenado el camino con dos períodos unidos. Su deceso hizo que, inevitablemente, Cristina Fernández tomara la decisión de sucederse, o intentarlo al menos…

No creo que sea mentira que la definición para ello estuviera presente desde el primer día en que muriera el santacruceño. Son personajes embebidos de política, hay que admitirlo. Y no se les frenó en ninguna ocasión. Ahora, a llorar a la Iglesia…, diría mi abuela.

La oposición, sin embargo, siguió siempre por otros lares. Fue y volvió aun cuando alcanzara objetivos que deberían haber satisfecho el camino. Rifó espacios ganados sin que hubiera causas lógicas para que ello sucediera, se pelearon a sabiendas que habría quién sacaría provecho de todo escándalo. En momentos claves donde debió parársele de frente a la Presidente, estaba distraída discutiendo quién era la figurita más trascendente.

El kirchnerismo, en cambio, fue verticalista siempre. Nunca debatió quién ocuparía los espacios más sensibles del poder. Ese poder que no tenía y que construyó usando a otros y enarbolando falsos pedestales, apropiándose de la historia para reescribirla a su antojo y aunque ésta fuera de todos, nunca cederla. Por eso las Madres, por eso los símbolos y los peronistas tradicionales, por eso los transversales, por eso los estudiantes, por eso los intendentes y concejales, por eso los homosexuales…

Si acaso después les soltó la mano fue cuando el uso ya había dado fruto. En la oposición no hubo un tema que fuera constante, las indecisiones, la debilidad de los roles, la inconsistencia de las reglas y convicciones los llevaron a este presente donde sólo se atreven a asombrarse y hasta quizás, envidiarle al oficialismo haber logrado el objetivo que desde el vamos se habían fijado.

No olvidemos que la teoría de la conspiración y el complot también fue estrategia ganada de mano por los Kirchner e implementada de tal forma que ante cada destape de olla, les permitió encarar las derrotas como si no fueran propias.

Si además lograran un triunfo oficial en la próxima elección, habrá que sincerarse y admitir que Cristina Fernández de Kirchner y aquellos quienes le aplauden no son realmente los culpables de todos los males…

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