SERIO: RECIÉN EN 15 DÍAS NEGOCIAN TRABAS CON BRASIL.
Se complicó el clima de las conversaciones. El gobierno de Rousseff, más duro
El segundo round de la pelea comercial con Brasil se llevaría a cabo aproximadamente en dos semanas, aunque en el ínterin los secretarios de Industria de ambos países mantendrán el diálogo y el intercambio de datos. Esta vez Brasil sería local en Río de Janeiro o en San Pablo.
Eduardo Bianchi y Alessandro Teixeira, los secretarios que lideran las negociaciones bilaterales por la Argentina y Brasil respectivamente se comprometieron a seguir conversando a comienzos de la próxima semana. La idea es acercar posiciones para no llegar al extremo de que sean los ministros de Industria Débora Giorgi y Fernando Pimentel los que diriman el conflicto. Aunque en círculos empresariales ya no se descarta que se requiera la intervención de las presidentas Cristina de Kirchner y Dilma Rousseff para destrabar la pelea. En tal sentido, muchos especularon con que la conmemoración del bicentenario de Paraguay hubiera sido el escenario perfecto para el encuentro, que al parecer, ambas por motivos de salud, esquivaron.
El escenario actual es de mayor incertidumbre para los empresarios de ambos países, porque todo quedó en manos de gestos de buena voluntad que para nada significan acuerdos.
Desde el Gobierno argentino sólo se espera una propuesta superadora y concreta de parte de Brasil la próxima semana, para reanudar las negociaciones. Pero la delegación brasileña consideró que las demandas y propuestas argentinas no sólo eran desmedidas, sin ofrecer contrapartida, sino que una vez satisfechas después irían por pactar cupos para los productos brasileños. Ayer el ministro Pimentel calificó de buena la reunión entre Bianchi y Teixeira desde el punto de vista técnico, pero reconoció que no se estableció ningún cambio en relación con la situación actual de trabas y barreras mutuas al comercio bilateral. La lectura oficial brasileña es que no hubo avances prácticos, pero tampoco retrocesos, y lograron mantener el statu quo de la ventaja. La Argentina, ahora en desventaja, precisa que se mantenga el canal «fast track» para los autos, como se acordó implícitamente el martes pasado, de modo que no queden varados en la frontera y salten las nuevas barreras de las licencias no automáticas para garantizar el nivel de actividad de las terminales locales.
El conflicto se ha potenciado por la gravitación del complejo automotriz-autopartista en el comercio bilateral. Ya no se trata de unos huevos de Pascuas, una que otra heladera o zapatilla, que al fin y al cabo terminaba negociándose salomónicamente. El escenario ha cambiado. Ya no está el conciliador Lula da Silva. Su sucesora, Dilma, ha demostrado que a pesar del discurso oficial de que el «Mercosur es estratégico», Brasil ha decidido estar más activo y defenderse comercialmente en todos los frentes. Este cambio de política se comprueba en el fuerte aumento de las investigaciones antidumping abiertas en los últimos seis meses. Según el último informe de la OMC, OCDE y UNCTAD, que involucra a los países del G-20 (son el 80% del PBI mundial), Brasil fue el que abrió más procesos antidumping del grupo al iniciar 25 nuevas investigaciones entre octubre 2010 y abril 2011, lo que implica casi tres veces más que en el semestre anterior, cuando fueron 9. Cabe señalar que este relevamiento no incluye las últimas licencias no automáticas para importar autos y para los productos denunciados por dumping. En el mismo período, la Argentina inició 11 contra 12 del semestre anterior.
Pimentel salió al cruce del informe y sostuvo que la actitud más activa de Brasil en su defensa comercial no es proteccionismo porque sólo adoptan prácticas permitidas por la OMC. Los procesos iniciados por Brasil involucran a productos asiáticos (19 son contra China), europeos, y de Latinoamérica. El G-20 adoptó un récord de 122 medidas restrictivas para el comercio contra 54 del período anterior, lo que refleja la guerra comercial mundial.
Fuente: Ámbito Financiero