HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

miércoles, 29 de diciembre de 2010

SILVIA MERCADO

KIRCHNER MURIÓ, CLARÍN ESTÁ IGUAL DE FUERTE Y NO HAY DEMOCRATIZACIÓN DE LOS MEDIOS EN LA ARGENTINA.

Creo que llegamos a fin de año con dificultad para hacer evaluaciones, casi con la lengua afuera. Nuevos acontecimientos parecen resignificar la realidad semana a semana, cuando no día a día. Y cosas que pasaron a mediados de año o hace unas pocas semanas, parecen estar en la prehistoria de los tiempos. La verdad que el 2010 fue fatal en materia de medios, comunicación y política. Esta temática de segmento, marginal, se transformó en parte central de la agenda pública. Néstor Kirchner lo hizo. Y muchos aún creerán que fue para hacer una Nación más justa y soberana.
Todas las decisiones que el Gobierno tomó no fueron parte de un plan para hacer democratizar el mundo de los medios sino, lisa y llanamente, para vengarse del supuesto respaldo del canal de noticias TN al campo cuando inició su conflicto, a partir de la implantación de las retenciones móviles, a comienzos del 2008. En pocos meses se pasó de lo que fue presentado como la “amenaza” de una nueva ley de medios que buscaba cambiar de cuajo las reglas de juego que fueron convalidadas por todos los gobiernos de la democracia, proyecto que fue presentado antes de las elecciones del 2009 que el oficialismo perdió, a la votación en octubre de 2009, cuando ya habían perdido la mayoría parlamentaria. Al mes siguiente, en noviembre de 2009, empezó a transmitirse “6,7,8”, el programa ícono del gobierno kirchnerista, ejemplo notable de periodismo chavista, altamente comprometido con la genuflexión al poder. Lo que quedará en la historia como la política de comunicación K, de hecho, fue pensada en ese verano, de diciembre de 2009 a febrero de 2010. Y ejecutada firme y consistentemente hasta la inesperada llegada de la muerte de Kirchner. En el 2010 se quiso anular la fusión entre Cablevisión y Multicanal, que había dado este mismo Gobierno.
Se buscó intervenir Papel Prensa de los más diversos modos. Se intentó que Fibertel desaparezca como empresa. Se pretendió destruir Canal 13, comprando Telefé. Se pretendió destruir Clarín, lanzando el diario Tiempo Argentino. Se amenazó a la Corte Suprema de Justicia de la nación con una movilización realizada a las puertas del edificio, para lograr que dictamine a favor de la desinversión compulsiva del Grupo Clarín. Se convalidó el monopolio Telefónica/Telecom. Pero también se puso en marcha la televisión digital terrestre, la colocación de 40 antenas públicas a lo largo y ancho del país. Se lanzó el programa Conectar Igualdad, se lanzó el canal del INCAA, cine argentino las 24 horas. En estos meses dramáticos, donde los argentinos nos vimos forzados a discutir con furia sobre cuestiones que nada tenían que ver con nuestras urgencias reales, que ahora aparecen con toda su gravedad, empezó una inversión en infraestructura y contenidos que, de continuarse, marcará un antes y un después en materia de comunicación, aunque es algo que sólo se verá con los años. Lo que a Kirchner le importaba, no lo logró. El Grupo Clarín no es más débil, sino más fuerte. Y, por supuesto, no hay más democratización en los medios, sino menos. Tampoco fue resuelto ninguno de los problemas reales de la Argentina. Canal 13 lidera el rating. Fibertel tiene más clientes. Y hay más desigualdad. Menos viviendas. Más inflación. Menos seguridad. Eso sí, nos entretuvimos con la obsesión de Kirchner contra un hombre, Héctor Magnetto, o un grupo, Clarín, al que responsabilizó de todos los males de la democracia que supimos conseguir. Nada parece haber cambiado demasiado en la Argentina. Ni siquiera el futuro, que sigue tan incierto como siempre. Por suerte, ya estamos acostumbrados.

FUENTE: EL AGUIJÓN ONLINE

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