En eso se han convertido las zonas inundadas del Chaco, provincia que durante la última temporada estival fue golpeada por el dengue. Se teme por los viajes de fin de año, y por un efecto cascada que produzca contagios en nuestra región.
La provincia del Chaco es una de las más golpeadas y sufridas del país. Tiene a casi la mitad de su población viviendo bajo la línea de la pobreza, y es víctima de los impiadosos azotes del clima. De la sequía extrema pasó a las inundaciones, prácticamente sin escalas. Encima, este fenómeno puede decantar en lo que todos temen: la reaparición del dengue, peligrosa enfermedad que durante el último verano-otoño provocó más de 11 mil casos, según el ministerio de Salud de la Nación. Por estas horas, su capital -Resistencia- y alrededores tienen unos 3 mil evacuados, que no pueden regresar a sus hogares. Las pérdidas son dolorosas, y la angustia no terminará cuando bajen las aguas, ya que han comenzado a multiplicarse los riesgos de que se propague el Aedes aegypti, mosquito que transmite esa enfermedad. Los expertos advierten que la situación en el Chaco es algo así como una bomba de tiempo: la acumulación de agua estancada y el calor imperante constituyen el caldo de cultivo ideal para la proliferación de esos insectos, y a eso se suma el brote de dengue que acaba de registrase en Paraguay -país limítrofe- donde ya han confirmado más de 50 casos. Las posibilidades de contagio están al acecho y eso se suma un factor que atañe directamente a los habitantes de La Plata, Capital Federal y el Conurbano bonaerense: el efecto cascada. Es probable que durante las próximas Fiestas infinidad de personas viajen a los países hermanos o al norte argentino, para visitar a sus familiares y amigos. En caso de contagiarse, traerían el dengue, primero, a las provincias, y luego, a nuestra región. Se produciría -dicen- un brote anticipado, si se lo compara con el de la última temporada estival. “En Chaco están dadas las condiciones para un rebrote”, dijo a Hoy la titular de la comisión de Desarrollo Humano y Salud de la Cámara de Diputados chaqueña, Marisa Lizarraga, y agregó: “Tenemos que estar atentos en la prevención; por lo pronto estamos teniendo un diálogo más fluido con el ministerio de Salud, que en su momento cometió el mayor error, que es ocultar la información de los casos”. Aquel penoso episodio fue un escándalo, y decantó en la renuncia de Sandra Mendoza, ex titular de esa cartera y esposa del gobernador Jorge Capitanich. Este medio también consultó al investigador del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave) y docente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Juan José García, que alertó que “el gran problema lo constituyen los cacharros, botellas y baldes que quedan esparcidos” por todos lados y se convierten en sitios ideales para que los Aedes depositen los huevos. Dijo que con las inundaciones, el mosquito no cambiará de hábito, sino que seguirá siendo doméstico. “No se va a alejar de las viviendas, porque ahí tiene su alimento: pica a los hombres y a los animales, entre ellos los perros”.
Región endémica
Como se dijo, la cercanía a las Fiestas hizo que las autoridades sanitarias encendieran la alarma en virtud de los viajes a Paraguay, sur de Brasil y Bolivia, zonas endémicas de dengue. Según las estadísticas, el país más afectado de la región fue Brasil, con unos 360 mil casos, seguido por Bolivia, con 60 mil, mientras que la Argentina tuvo un total de 25.989 afectados, 5 de los cuales murieron. “Por el momento no tenemos casos de dengue en nuestro país”, dijo a Hoy el director de Epidemiología del ministerio de Salud bonaerense, Mario Masana Wilson, y alertó que “es posible” un rebrote en la Provincia. El funcionario puso énfasis en la información de las personas que tienen pensado viajar hacia el norte o países limítrofes. “Es importante que estas personas estén atentas en los lugares de visita; si tienen fiebre, dolor de huesos y musculares, deben saber que pueden estar ante síntomas de dengue”, advirtió. Sobre ese punto, aclaró que si “una persona regresa a la Provincia y tiene los síntomas de la enfermedad, debe ir al médico y decirle que estuvo en alguna de las zonas de riesgo, así le brinda un panorama mejor al médico”. García ya había dicho que las últimas horas favorecieron la proliferación de los mosquitos que habitan en La Plata y alrededores, entre ellos el Aedes aegypti. Si estos últimos pican a un enfermo pueden desencadenar un brote de la enfermedad. “Hay gente que siente los síntomas y cree que es una gripe, pero si estuvo en las zonas endémicas, sin duda, debe consultar al médico”, explicó. Las condiciones de pobreza que, lamentablemente, existen en las villas del Chaco, La Plata, Capital Federal y el Conurbano bonaerense no hacen más que aumentar el riesgo de aquella bomba de tiempo, ya que se trata de compatriotas que se encuentran literalmente indefensos, y no pueden acceder a los repelentes que, por si hace falta aclararlo, aumentaron. Las autoridades chaqueñas ya mostraron su incapacidad para luchar contra el dengue, y el Gobierno nacional hizo lo propio en el combate a la gripe A -adelantó las elecciones en plena expansión de la pandemia-, entonces se impone una pregunta: ¿habrán aprendido la lección? FUENTE: DIARIO HOY