NOCHE DE BAILE EN EL TITANIC

Festejos en el campamento kirchnerista. Sale la ley de medios. Néstor, totalmente entusiasmado, tiene programado una seguidilla de leyes a tratar en el Congreso Nacional y hasta donde pueda en el 2009. Le es más probable reagrupar el bloque pogresista en diputados, que controlar la calle que se viene. Si todo sigue así, para el 2010 se presiente un patinaje suave pero tupido de los legisladores hacia las mieles del poder. Algunos de ellos se han enriquecido de la noche, o la madrugada, a la mañana. ¡Cómo están facturando en la legislatura! El fenómeno de este Poder Legislativo es digno de ser tenido en cuenta especialmente. La mayoría de los argentinos lo perciben ajeno, lejano y corrupto como nunca antes. Obviamente que no todos forman parte de la fiesta. Varios reprochan no haber sido ni siquiera invitados. Siempre se impone la cuestión del número necesario y suficiente para alumbrar las leyes rectoras de nuestra sociedad. Así que no es cuestión de exagerar con el número de concurrentes al baile programado para la noche. Por derecha, por izquierda, con plata, con cargos, promesas, aprietes, extorsiones y demás delicias del costo “democrático”, y ante una oposición parlamentaria verdaderamente digna del voto “no positivo”, Cristina y Néstor poseen la astucia exitosa de la serpiente implacable. En lo legislativo es así, por ahora. Adentro del recinto existen muy pocas posibilidades de modificar nada. El cambio viene de la puerta para afuera. Solamente un temor muy grande a una realidad acuciante, y dicen que el miedo no es zonzo, puede modificar el comportamiento frívolo de algunos diputados y senadores. Por ahora puede más el temor a los Kirchner. Y la billetera de la sociedad presidencial. ¡Y la fiesta!