BARBAS EN REMOJO

Ponerse a la izquierda de Kirchner resultó ser un mal negocio para la CTA y Pino Solanas. Primero los descoloca la propia sociedad presidencial con el discurso de los derechos humanos y ahora son los conflictos y la cruda realidad económico social de la Argentina. ¿Qué explicaciones darán D`elía y Pérsico sobre estos descalificados piqueteros de Terrabusi, ahora impresentables? Es probable que los acusen de ultraizquierdistas que terminan favoreciendo al golpe fascista. Viejo truco que se agota a poco de andar. Si la protesta se generaliza ahora o más luego, será igual, es muy estrecho el margen ofrecido por Kirchner para sus seguidores con la consigna de ocupar la calle desde la “izquierda”. Es probable que la calle les sea arrebatada por la izquierda no kirchnerista y con trabajo en la “clase”, más un estudiantado universitario ávido de gimnasia revolucionaria. Pero de todas maneras estamos hablando todavía de obreros industriales, que poseerían el raro “privilegio” de estar ocupados frente a los trabajadores en negro, los desocupados y los indigentes. De estos últimos, parece ser que es la Iglesia Católica quién se ocupa seriamente de ellos, de su realidad y de sus derechos. Si esto crece, la protesta social y gremial, ¿cómo sale el gobierno de este atolladero? ¿Cómo “ganan” nuevamente ese espacio, ahora que ha sido negado, los piqueteros oficialistas? Poca mercadería les queda a los Kirchner para diseñar otro montaje. Un intento podría ser promover unos mamarrachos izquierdosos con el tema del aborto. Es difícil creer que todo lo que ganen las agrupaciones de izquierda en la calle y en conflictos reales, lo pierdan por participar paradójicamente de un cepo ideológico instrumentado para el dominio de los poderosos intereses de la usura internacional. Veremos.