SE VIENE EL ARREBATO MEDIÁTICO

La vieja y vigente Ley de Radiodifusión no es más que una sombra de lo que fue. Unas doscientas modificaciones a la versión original, no hacen más que confirmar que lo único que queda de aquella ley del proceso militar, es el nombre y las firmas de Videla y Martínez de Hoz. De todas maneras el gobierno nacional agita este pobre y ya pálido fantasma. Mucho ruido democrático y progresista para velar otras realidades. El año pasado durante uno de los picos del enfrentamiento de Néstor Kirchner con Clarín, escribimos el artículo “¡¡DUNGA DUNGA O MUERTE!! ¡¡KIRCHNER Y CLARÍN!! Pretendíamos reflejar la prisión mortífera del famoso chiste, aplicado en este caso a una disyuntiva terrible y que por supuesto no es tal. Se repite la misma situación de aquellos entonces. Un monopolio por otro. Una extorsión por otra. Da lo mismo, salvo por un detalle. Aunque difícil y no en todo, en este barajar de nuevo quizás, y como aborto no deseado por los padres de la criatura, aparezcan por obra y gracia de la casualidad, algunas islas mediáticas más o menos serias y sociales. Milagritos del desorden generalizado y la densidad de un enfrentamiento de Kirchner con un viejo socio. Lo único que persigue el matrimonio presidencial, es tener un aparato propio de medios o sistema de medios que le vaya garantizando cierta impunidad a futuro y de máxima, continuidad en el poder. Toda profusa difusión del modelo mediático de Chávez, beneficia a las intenciones de los Kirchner, porque nunca va a ser igual al proceso desencadenado por la presidente y su consorte. De Venezuela para abajo, todo es un alivio. Ese es el módulo político desde el cual se intenta imponer la nueva ley ya anunciada. Coma más o coma menos, texto más democrático incluido o no, es igual. Todo el arco opositor está prisionero de la iniciativa política de los Kirchner, que si saben lo que quieren y son dos, frente a aquellos que no lo saben y son cientos de pretendientes.