FRAUDES PATRIÓTICOS

El diez de diciembre de este año no va a pasar absolutamente nada, si es que alguien abrigaba alguna expectativa de cambio, al menos en la legislatura nacional argentina. Néstor Kirchner también adelantó esa fecha, el cambio era ahora y mal no le fue. Al paso que va el acelerado proceso político, muchos “borocotoes” se manifestaron y se van a manifestar antes de diciembre. Por ideología, por poder, simplemente plata o salida laboral, lo cierto es que van quedando pocos guapos entre los legisladores nacionales y sus alrededores. La principal pantalla de una inversión importante, nimia para lo que está en juego, y que sirve para conquistar los votos necesarios al kirchnerismo, ha sido y será ideológica. Es la excusa perfecta para encubrir los enjuagues o contraprestaciones como para pegar el salto. Los neo-kichneristas vergonzantes parecen decir, como siempre dijeron muchos sectores de la izquierda argentina cada vez que pactaban algún negocio político con el poder oficial: “Nosotros apoyamos al gobierno, si, pero con un programa.” El matrimonio presidencial ha cerrado filas y se manejan por señas. Está en juego su supervivencia, su futuro político y quizás su inmensa fortuna. No van a andar con vueltas y ni con asuntos menores. Van a apretar, ya lo hacen, con el tema de los delitos generalizados desde la marginalidad. Este esquema cierra con represión efectiva y latente. La chispa de los conflictos fabriles generalizados y de peso está a la vuelta de la esquina. La reestructuración del comisariato político en la calle está en marcha. Un ejército de desocupados rentados miserablemente, saben que tienen que ponerle el pecho a esta inmundicia a riesgo de perder lo poco que tienen. A futuro van a contar, si todo les sale bien, con medios adictos, de todo tamaño y lugar, y que van a desinformar a la gente, pero sobre todo a desmovilizar desde el miedo o el pánico llegado el caso. Además, ya se están respirando los vientos de la autocensura en la Argentina.