VIDAS PARALELAS

¿No es demasiado? En tan solo una semana Cristina de Kichner se devoró gran parte de nuestra historia nacional. La historia de la patria y nuestros próceres. En el primer caso, la adulación intrépida del presidente venezolan, no fue negada. Diríamos que fue consentida por la presidente. La “heredera”, la llamó, de todo nuestro pasado más originario. Arriesgando Chávez, como siempre y sin temor al ridículo, los nombres de los heredados. Analogía esta, solo comparable a la que él mismo hace humildemente de sí mismo con Simón Bolívar. A la vieja consigna, “San Martín, Rosas, Perón, Tercera Posición”, pareciera que el presidente venezolano Hugo Chávez, propone modificarla por: “San Martín, Rosas, Perón y ahora con Cristina de Kirchner hacia la primera o segunda posición, según caiga.” Más allá de toda ironía, lo que de verdad se pone en juego son algunos negocios, obtención de plata fresca y demás temas menores frente al vidrioso negocio de la pertenencia, a veces especulativa y un tanto vergonzante, al universo petrolero y la feroz disputa internacional por su control. De allí que ella insiste en la imprescindible relación con el presidente venezolano. En el segundo caso y quizás envalentonada con la adulación fácil de Hugo Chávez, Cristina de Kirchner no sólo se comparó con Manuel Dorrego, mártir de la causa nacional, sino que lo hizo con su fusilamiento. A Verbisky se le va la mano y la pluma con estas analogías rebuscadas y de difícil explicación, y sobreactúa su rol de usina ideológica. También se le están agotando todas las argumentaciones favorables a la gestión Kirchner, al menos las más creíbles. De la “imprescindible” y untada mano del bolivariano, la heredera y ahora madre de Dorrego, avanza a grandes trancos hacia el irretornable mundo del ridículo. Conste que todas estas historias no son ocurrencias trasnochadas o conspirativas de nadie. Lamentablemente suceden en la vida real. No son vidas paralelas las que podemos consignar aquí, muy por el contrario.