BANELCO WAR ll: EL REGRESO

Escándalo santafesino en el senado nacional. Para alquilar balcones. Argumentaciones un tanto ridículas ha intentado esgrimir la senadora rosarina Roxana Latorre, para justificar lo injustificable. Existe un operativo clamor increscendo en su provincia natal y en este caso no es para consagrarla en nada. Se le está reclamando concretamente, que no asuma su nuevo mandato en diciembre. Latorre está teniendo la rara virtud de haber producido una suerte de unidad nacional…en su contra. Lo paradójico y vergonzante de esta triste historia, es que los orígenes políticos de esta legisladora se encuentran en su adhesión y simpatía con el viejo Partido Demócrata Progresista de Santa Fe. Los orígenes de esta corriente se encuentran en la histórica y notable huella que dejara Lisandro de la Torre, precisamente como senador nacional por la misma provincia. Vidas paralelas. Esta chica devino en peronista por imperio de las circunstancias y los intereses en juego. Fue descubierta y promocionada en su momento por el propio Reutemann, también de un pasado demócrata progresista, pero en este caso del sector rural del partido. Esta legisladora de apellido cuasi homónimo al del prócer antimonopolio, va a pasar engrosar la galería de personajes de la Historia Universal de la Infamia. Han echado a rodar las más descabelladas versiones, acerca de las razones por las que Roxana Latorre vendió su voto al oficialismo y que le diera a este la posibilidad de obtener el tratamiento de las facultades delegadas al ejecutivo nacional y su prórroga. Otras versiones hablan simplemente de un palito verde. Si fuese así, quizás la senadora esté dispuesta a soportar el escarnio y la repulsa social, sabiendo que la espera un exilio dorado en los últimos años de su vida. ¿Valdrá la pena?