
Luego de esta maratón legislativa por las retenciones, en realidad una notoria intención de "retener" el máximo de diputados oficialistas, el conflicto sin solución se va a prolongar en el tiempo de descuento que el propio gobierno se empeña en crearse a sí mismo. Innumerables trampas ha colocado el oficialismo en la propuesta ley. Pacientemente algunos aplomados e inteligentes dirigentes rurales se van a esforzar por sortearlas, sabiendo que de última y como piso cuentan con la simpatía creciente de amplios sectores de una sociedad, y no sólo agraria, que los ha elegido, adjudicándoles quizás en exceso, pero es lo que hay, una cierta posibilidad redentora. En este escenario tumultuoso ¿de que le vale al gobierno nacional todas las chicanas y picardías para obtener estos extraños triunfos? Este sería uno de los temas que más trabajo le estaría costando explicar al gobierno a su propia tropa. Eso de tirarse de un décimo piso con los bolsillos llenos de plata no consigue muchos adeptos. Salvo con el viejo truco de la ideología. Lo veremos y lo estamos viendo.
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