Maldonado y Nisman, extremos del mismo espejo. |
Por Pablo Dócimo/Tribuna de Periodistas.-
La primicia periodística que dio cuenta de los resultados (aun no presentados oficialmente) del peritaje ordenado a Gendarmería Nacional sobre la muerte dudosa del fiscal Alberto Nisman, despertó la causa dormida hace dos años y ocho meses. La despertó de un sacudón. Es que tiraría por tierra toda especulación sobre un posible suicidio y confirmaría la hipótesis de los peritos de parte de la querella.
Como quien se apresura a deslindarse de responsabilidades ante una acusación que se ve venir, la ex Presidente de la Nación Cristina Fernández, sorprendió dando una entrevista a Víctor Hugo Morales. El periodista; confeso admirador de la ex mandataria; incluyó las novedades del caso Nisman en su moderado cuestionario y, como era de esperarse, la entrevistada reaccionó con acusaciones al gobierno nacional: “es una bomba de humo para tapar la desaparición de Santiago Maldonado”.
Sucede que la lógica y el calendario probarían que, de existir dicha bomba de humo, sería la desaparición del tatuador que se produjo casi seis meses después de que se ordenaran los nuevos peritajes a peritos de la fuerza federal. Fuerza que, casualmente (?), fue involucrada en la desaparición de Maldonado.
Ante semejante acusación de la Sra. Cristina Fernández antes de que dichos peritajes sean oficiales, el sentido común me lleva a pensar que la desaparición de Maldonado fue forzada, pero no por Gendarmería, Fuerza de Seguridad del Estado Nacional, sino por el entorno de la ex Presidente a modo de “bomba de humo” para tapar dos de las causas penales que más la comprometen: encubrimiento por el atentado a la AMIA y la propia muerte del fiscal Alberto Nisman.
Con el poder que supo ostentar la Señora, es natural que mantenga contactos como para conocer de antemano información clasificada. De esa manera, cuando los resultados de los peritajes en cuestión se hicieron públicos, ella ya estaría informada al respecto por lo que anticipó una defensa ante ninguna acusación como quien abre el paraguas antes que llueva.
Poner en duda la honorabilidad y credibilidad de Gendarmería Nacional acusándola de desaparecer una persona en democracia, podría ser una estrategia para desacreditar el trabajo de los peritos de esa fuerza en el caso Nisman.
Puede sonar descabellado, pero viniendo de alguien que afirma por cadena nacional que la ingesta de carne de cerdo mejora la actividad sexual, es posible.