Por Carlos Pagni/LA NACIÓN.- Mauricio Macri llegó al poder por una combinación prodigiosa. Millones de bonaerenses cortaron la boleta electoral para impedir que Aníbal Fernández fuera gobernador de Buenos Aires. Ese proceso, que contó con el estímulo activo de Jorge Bergoglio, coronó a María Eugenia Vidal . El giro inesperado convirtió a Macri en presidente . Quiere decir que Macri llegó al poder con el mandato de desvincular delito de política.
Hasta ahora el Gobierno no ha formulado una estrategia para satisfacer esa demanda. Tiene un plan para doblegar la inflación , para realinear las relaciones exteriores y para superar la crisis energética . Pero no ha ofrecido una receta para garantizar la transparencia. No ha advertido, por lo tanto, que 2015 fue un 2001, no económico, sino institucional. Al kirchnerismo no lo derrotó la espiral inflacionaria. Lo derrotó su descomposición moral.
Esa degradación fue doble. Al espectáculo de la corrupción se sumó el de la impunidad. Tan llamativa como el saqueo del Estado es la complicidad de la justicia federal con esas fechorías. Las irregularidades son conocidas desde hace años. Las causas penales se activan recién ahora. La falta de solución de este problema abre un escenario peligroso. El vacío ya no es ocupado por las denuncias de Elisa Carrió , tan estridentes como cuando era opositora. Ni por el respaldo selectivo de Bergoglio, que el diputado Gustavo Vera administra en Tribunales. Están reapareciendo las maniobras de inteligencia, que desde hace años han convertido el fuero federal porteño en una ciénaga.
En este marco político se tramitarán varias encrucijadas de los próximos días.
Desde la causa contra Lázaro Báez por lavado de dinero hasta la designación del auditor que reemplazará a Ricardo Echegaray . Báez declarará hoy, a las 11.15, a puertas cerradas, ante los camaristas Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Farah. Lo que dirá es un enigma gigantesco. Es muy posible que, obedeciendo a sus abogados Daniel Rubinovich y Rafael Sal Lari, rechace que su fortuna sideral haya sido amasada con la corrupción. Báez volvería a solicitar que, para demostrarlo, se investigue el supuesto delito precedente al lavado de dinero: las contrataciones de obra pública. Pedirá que se ponga bajo la lupa a todos los constructores que hicieron negocios con el kirchnerismo. Entre ellos, a Ángelo Calcaterra, el primo del Presidente, que se asoció con él en varias licitaciones. Calcaterra es dueño de Iecsa, compañía investigada por operar con la financiera de Báez, "La Rosadita".
La pretensión de Báez desnuda una aberración. Sobre la asignación de la obra pública se abrió una causa en 2008, a instancias de Carrió. Pero el juez que debería investigar, Julián Ercolini, recién solicitó los primeros peritajes hace un par de semanas. Fue cuando le transfirieron el caso Hotesur , la empresa de los Kirchner . Lo tenía, paralizado, el juez Daniel Rafecas . Conclusión: Casanello, que hizo infinitos méritos para ganarse el mote de "Tortuga", no sería reemplazado por una mascota más veloz.
Otra incógnita: ¿convalidará Báez ante la Cámara las afirmaciones de su hijo Leandro, sobre reuniones de Casanello con Cristina Kirchner en Olivos? Casanello niega esas acusaciones, que Leandro Báez realizó con el patrocinio de los abogados Claudia Balbín y Santiago Viola. El viernes pasado apareció otra denuncia. En una conversación telefónica con otra de sus abogadas, Elizabeth Gasaro, Báez se referiría a que Casanello le pidió dinero.
Alrededor de Báez orbitan varios equipos de letrados. Gasaro pertenece al estudio de Héctor Yrimia, señalado por presuntas relaciones con la ex SIDE. Lo curioso es que Gasaro no interviene ante Casanello, sino ante el juez Sergio Torres, en una causa por la construcción del mausoleo de Néstor Kirchner . ¿Por qué Báez y Gasaro hablaban sobre Casanello? ¿Lo hacían? ¿O la conversación está planeada, o editada?
Los abogados de Leandro Báez también son peculiares. Santiago Viola integra la intervención del sindicato de marítimos, donde convive con delegados del Gobierno. Su madre, Claudia Balbín, es abogada de Fabio Calcaterra, hermano de Ángelo, el apuntado por Báez, y primo también del Presidente. En tribunales atribuyen a Balbín una vieja amistad con el fiscal Eduardo Miragaya, quien se desempeña en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), la ex SIDE, como director de Criminalidad Financiera. Trabaja con Silvia Majdalani, la segunda de esa agencia.
La cercanía de Miragaya con Majdalani alimenta una versión que Julio Blanck publicó ayer en Clarín: si Casanello fuera destituido, su juzgado sería ocupado por María Servini de Cubría , amiga también de ese fiscal. Es una hipótesis brumosa, por ahora incomprobable. De concretarse, expondría una paradoja: el sábado pasado, Bergoglio habría bendecido a Casanello y a quien podría sustituirlo. Ambos visitaron Roma.
Casanello fue el primer juez en ser recibido en Santa Marta. Llegó de la mano de Vera, quien anteayer, entrevistado por Diego Sehinkman en LA NACION, interpretó los ataques al juez del caso Báez. Según este diputado, se deben al ex espía Antonio Stiuso , quien influye en la AFI de Macri a través de Majdalani; del secretario de Finanzas, Juan José Gallea; del ex subsecretario de Inteligencia y segundo de Daniel Angelici en Boca, Darío Richarte, y del auditor Javier Fernández, a quien Stiuso presentó en la causa Nisman como uno de sus hombres. Vera ha denunciado en los tribunales a Stiuso, Majdalani, Gallea y Richarte. En el caso de este último, las acusaciones fueron hasta su padre. Anteayer dijo: "Todo el mundo sabe que Stiuso arruinó a Bergoglio cuando era cardenal".
La molicie de Casanello para investigar los nexos de Báez con el kirchnerismo es más que sospechosa.
No puede explicar por qué no detuvo a Martín Báez, cuando estaba en las mismas condiciones de fugarse que su padre, Lázaro. Junto al fiscal Guillermo Marijuan , ha puesto un celo extraordinario en limitarse a un caso de lavado que no salpique a quienes gestionaban la obra pública. El juzgado de Casanello ha sido el más influido por La Cámpora.
¿Las denuncias pretenden terminar con esta connivencia? ¿O son la excusa para castigar a Casanello por su comportamiento en otras causas? Es obvio que el juez es mucho más incisivo en las pesquisas contra el oficialismo. No sólo la de Time Warp . También Panamá Papers , en la que, impulsado por el kirchnerismo, se ha puesto a revisar los divorcios de los Macri. Los abogados del Presidente denunciaron ensañamiento.
¿Cabe pensar que a Casanello se lo somete al rigor del espionaje para que deje de molestar a Macri? Hay otros pleitos que quizá expliquen mejor esta tormenta. Casanello fue, en el alto imperio de Oscar Parrilli y el camporista Juan Manuel Mena, el primer juez que investigó a Stiuso, denunciado por Vera por enriquecimiento ilícito. El 12 de diciembre pasado lo desplazaron del caso, por arbitrariedad.
Hay otro expediente, mucho más sensible, en lo de Casanello: investiga a Angelici por tráfico de influencias. Y ya pidió el cruzamiento de sus llamadas con jueces y fiscales. Angelici es el gestor más activo del Gobierno en tribunales. Lo denunció Carrió.
Los historiadores del arte, cuando dudan de la autoría de una obra, suelen identificarla como "atribuida a Fulano". Las últimas imputaciones contra Casanello merecerían ser atribuidas a Stiuso. Grabaciones clandestinas editadas, entradas salientes o entrantes de un teléfono, celdas con las que se puede localizar a un acusado. Macri conoce esos procedimientos como nadie: fueron los empleados por los Kirchner cuando, sirviéndose del incondicional Stiuso, lo procesaron en el caso Ciro James.
Por eso es inquietante que Cambiemos continúe con una de las desviaciones institucionales más graves del régimen anterior: la manipulación de los jueces a través del espionaje.
Este vicio es un desafío para Ricardo Lorenzetti , que también fue víctima de esas prácticas. Las escuchas judiciales que se divulgan en la prensa son responsabilidad de la Corte, que las delegó en una oficina que dirige Juan Tomás Rodríguez Ponte, el secretario del juez Ariel Lijo . ¿Habrá hablado Vera con Lorenzetti y Lijo de este tema en el Vaticano?
Las declaraciones de Vera tuvieron una densidad extraordinaria. Sinceraron que el submundo del Estado tiene un lugar central en la agenda antimafia de Francisco . Se destacó un detalle: Vera dijo que el Papa viajaría a la Argentina en 2017. ¿Durante la campaña electoral? Macri tendrá que tomar posición en el tablero.
El Presidente envió dos ramas de olivo. Una, la donación para Francisco. La otra fue para Lorenzetti. Ayer se desligó de las denuncias de Carrió. En el Gobierno creen que Lorenzetti dejará de representar un conflicto a partir del próximo 15, cuando se apruebe el ingreso de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti a la Corte. Miguel Pichetto , el presidente del bloque del Frente para la Victoria , adelantó: "Son dos excelentes abogados, que garantizan una Corte equilibrada. Al doctor Rosatti lo conocemos mucho: fue procurador del Tesoro y ministro de Justicia de nuestro gobierno, con Néstor Kirchner".
El PJ repasa el mapa institucional. Con Ricardo Echegaray , Cristina Kirchner pierde una posición a manos de los peronistas convencionales. Echegaray aún no tiene reemplazante. Julián Domínguez , que se había postulado, competirá por la Defensoría del Pueblo. A ese cargo apunta Graciela Ocaña , apoyada por Guillermo Seita. Este consultor, otrora mano derecha de Domingo Cavallo , gravita cada vez más en el oficialismo. También apadrina a Gustavo Ferrari, el nuevo ministro de Justicia bonaerense. Seita derivaría su poder de asesorar a Macri junto a su socia, Mariel Fornoni, de Management & Fit. Esas conversaciones hacen que algunos piensen que a Jaime Durán Barba y a su socio Santiago Nieto les nació una competencia. Son habladurías. Durán y Nieto participan del círculo más estrecho del poder. Es el que se reunió, superadas las arritmias, el sábado por la mañana, en Olivos. Estuvieron Marcos Peña , María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta , Nicolás Caputo , Emilio Monzó, Ernesto Sanz y una novedad: Carlos Grosso. Es el experto en Bergoglio más autorizado que ha dado el peronismo.
