Por Diario HOY.-
Con un 2015 cargado de política, el Poder Ejecutivo dispuso la cobertura de 272 cargos vacantes en distintos programas dependientes de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Nuevos ñoquis rentados para la campaña oficial. En una fase más destinada a ir “por todo”, el kirchnerismo dispuso ayer la cobertura de 272 cargos vacantes en programas que dependen de la jefatura de Gabinete de Ministros que comanda el chaqueño Jorge Capitanich. Los cargos a cubrir entran dentro del área de Prensa y Difusión, el programa de Modernización de la Gestión Pública, la Capacitación de los Recursos Humanos para el Sector Público, para Acción para la Provisión de Tierras para el Hábitat Social, y el inefable Fútbol para Todos.
Al ser el 2015 un año enteramente político, siempre es bueno para el gobierno nacional contar con una caja política que le permita seguir bancando a la gran cantidad de militantes rentados que ha sabido cosechar a lo largo y ancho del país durante la mal llamada década ganada. Esto no hace más que dejar en claro que si hay algo que han crecido en los años kirchneristas, son los ñoquis, es decir, aquellos empleados estatales que aparecen en los puestos de trabajado para el que fueron nombrados sólo el día de cobro. Desde diversos sectores opositores, advierten que estas designaciones de nuevos cargos en el Estado, está ligado a las necesidades que tiene la agrupación juvenil La Cámpora de contar con espacios en el gobierno que le permitan seguir sustentando su variada actividad, de manera de poder hacer presión para conseguir mayores espacios de poder de cara al armado de listas para las elecciones de agosto.
En momentos en que la crisis económica hace estragos en el país, con una recesión y estancamiento que llega hasta lo más medular de la economía nacional, esta clase de sucesos dan a pensar que desde las autoridades nacionales no hay ninguna clase de plan o estrategia para industrializar la Argentina y poder hacer crecer el empleo privado por sobre el público, algo que el país necesita casi en forma desesperada.
La Jefatura de Gabinete, antes con Juan Manuel Abal Medina, y ahora con Jorge Capitanich, ha sido a lo largo del último gobierno de Cristina Fernández, una usina para nuevos nombramientos en el Estado, sobre todo en el área de Prensa y en el programa Fútbol para Todos, que consumen cientos de millones de pesos al año, y pocos saben el destino que le dan las autoridades a los mismos.
El despilfarro del dinero público para bancar a los militantes K rentados ha crecido de forma descomunal, y esta clase de sucesos no hacen más que confirmar que al kirchnerismo sólo le interesa colocar a sus adherentes en puestos del Estado, donde tengan un sueldo fijo mensual, y a partir de ahí trabajar políticamente para sostener este proceso político más allá de diciembre de este año.
Con un 2015 que recién comienza, estos nombramientos muestran lo peor de una clase dirigente que gasta los dineros públicos para la realización de campañas políticas que le sirven sólo para sus intereses políticos mezquinos, una actitud rechazada por la mayoría de la sociedad y que le puede salir el tiro por la culta al oficialismo, ya que esta clase de actitudes pueden llegar a costarle caro en las urnas en las próximas elecciones.
