Por Diario Hoy.-
La designación de Sergio Rodríguez como Fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, hace que el que debe velar por la legalidad de los actos oficiales sea un ferviente militante K. La intención del gobierno de lograr impunidad a partir de diciembre de 2015
El avance del kirchnerismo sobre la Justicia no se da sólo con el caso de la elección de los jueces subrogantes o en la modificación de la ley del Consejo de la Magistratura, sino también con la designación de militantes oficialistas en puntos clave de la estructura judicial.
Uno de estos casos es el nombramiento de Sergio Leonardo Rodríguez como Fiscal nacional de Investigaciones Administrativas (FIA).
De esta manera, el gobierno se asegura que aquel que es el encargado de investigar irregularidades y anomalías cometidas por distintos funcionarios de la administración nacional, sea un ferviente adherente a la cauda oficial.
Rodríguez se desempeñaba hasta entonces como gerente de Asuntos Legales de la Anses, y anteriormente había tenido un paso por la Oficina Anticorrupción y el Ministerio de Economía, en donde su característica esencial fue su absoluta lealtad a los dictados de la Casa Rosada.
En diálogo con Hoy, el diputado nacional por la Coalición Cívica-ARI, Fernando Sánchez, sostuvo que la elección de Rodríguez “tiene que ver con la estrategia que viene llevando adelante el gobierno, que tiene como meta central el conseguir impunidad para sus funcionarios”.
El legislador cercano a Elisa Carrió expresó que “lo que busca la presidenta es un subalterno y esto habla a las claras que ha decidido tender todos los cables posibles hacia la impunidad. Ya pasó antes con Gils Carbó designando a Gonella para las causas de lavado de dinero que involucran a la familia presidencial y a Lázaro Báez”.
El final de ciclo K se acerca, y ese temor hace que en las diferentes mentes que rodean a la Jefa de Estado, se tejan maniobras tendientes a defender a los funcionarios más sospechados de haber cometido actos de corrupción en los más de 11 años de gobierno kirchnerista.
“Siempre los gobiernos corruptos plantean distintas acciones para garantizarse impunidad cuando dejen el poder, pasó con Menem, pasó con la Alianza y pasa ahora con Cristina Fernández. El kirchnerismo no sólo es un gobierno corrupto, sino que hace un ritual de la corrupción, lo que hace que ante tanta corrupción que ha habido a lo largo de la última década, tienen que tener garantías todavía más grandes para garantizarse la impunidad”, sentenció Sánchez.
La Justicia es una de las instituciones más vapuleadas luego del paso K por el poder. El relato oficial habla de una Justicia independiente sin apremios por parte del Poder Ejecutivo, la realidad muestra a un Poder Judicial sometido a los dictámenes que bajan de Balcarce 50 y el ejemplo más palpable de esta intromisión oficial es la continuidad como juez de Norberto Oyarbide, símbolo de la injusticia en el país.
La designación de Sergio Rodríguez al frente de la FIA es una muestra más de la desesperación en la que se halla sumergido el kirchnerismo, que ve como jueces que antes hacían la plancha y eran remolones para investigar hechos de corrupción, han despertado de la siesta y comienzan a realizar su trabajo, lo que motiva la preocupación de todo el kirchnerismo de tener que transitar por los pasillos de Tribunales a partir del 10 de diciembre del año próximo.
