HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

martes, 14 de mayo de 2013

Neokirchnerismo para todos

Por Carlos Tórtora/El Informador.-       Massa y la elección de consejeros paralizan a la oposición. “Yo no voy a hablar mal de un gobierno del cual fui parte”, sentenció Sergio Massa el pasado fin de semana ante un grupo de intendentes del conurbano que lo siguen. Sobre el final de la reunión también dijo: “yo voy a ser el próximo presidente”. Dos definiciones que dan el marco para el proyecto neokirchnerista que está a punto de alumbrar el intendente de Tigre. El sábado pasado, tres intendentes que se identifican con el kirchnerismo moderado habrían resuelto su incorporación al massismo. Se trata de Fernando Grey (Esteban Echeverría) Aníbal Regueiro (Pte. Perón) y Darío Giustozzi (Almirante Brown). Durante un acto en su municipio, este último se despachó también el sábado contra el vicegobernador Gabriel Mariotto, representante del ultracristinismo. El inminente lanzamiento de Massa como cabeza de una lista para diputados nacionales o, segunda alternativa, de una lista massista con Malena Galmarini y Felipe Solá, sería el mal menor que acepta la Casa Rosada para evitar que Francisco de Narváez vuelva a ganar la elección bonaerense como ya ocurriera en el 2009.

Las relaciones entre la presidente y Massa no son las mejores, pero la realidad es que sólo él podría evitarle al Frente para la Victoria ser derrotado ante De Narváez. El massismo le arrebataría al empresario un alto porcentaje del voto peronista y hasta de centro derecha. La reciente autorización de CFK al gobernador bonaerense a tomar deuda por 1.700 millones de pesos habría tenido como contrapartida el compromiso de éste de no continuar apoyando encubiertamente a De Narváez, que ahora empezaría a sufrir este pacto. Los notables números de Massa en las encuestas hacen que todas las líneas internas del peronismo no kirchnerista aporten a su espacio, con la expectativa de hacerse de legisladores provinciales y concejales usando franquicias de aquél. Hugo Moyano encabeza la oposición justicialista a CFK junto con Roberto Lavagna, De Narváez y José Manuel de la Sota. Pero su hijo Facundo es un massista convencido. Felipe Solá y Osvaldo Mércuri -cada uno por su lado- también se reportan en el Tigre, igual que Graciela Camaño y el senador provincial Alfredo Tati Meckievi, que viene de Unión PRO. Y el gobernador salteño Juan Carlos Urtubey se ubica cerca del proyecto. Pero el núcleo del massismo son la veintena de intendentes, en su mayor parte de la primera sección electoral. El proyecto en ciernes es sumamente peligroso para el cristinismo, porque puede significar el surgimiento de un heredero no querido, tanto o más temible que Daniel Scioli. Pero la realidad es que los habitantes de Olivos están desesperados, porque saben que la lista que encabezaría Alicia Kirchner difícilmente alcance los 30 puntos, que expresarían el voto duro del kirchnerismo. Hay otro porcentaje, entre el 45 y el 50, que se dividiría entre De Narváez, Massa y el PRO. Lo deseable para la Casa Rosada es que este último salga segundo detrás de Alicia, y que De Narváez quede cuarto porque la alianza UCR-FAP conseguiría el tercer lugar. Pero también puede ocurrir que Massa gane la elección, en cuyo caso el neokirchnerismo tomaría vuelo, Scioli y Mauricio Macri saldrían golpeados y Cristina tendría un socio difícil y pretencioso, que no la ayudaría a buscar la reforma constitucional. Hoy por hoy, mientras corre el calendario para la presentación de alianzas que vence el 12 de junio, los operadores cristinistas tratarían que la lista para diputados nacionales de Massa incluya a varios leales a CFK, que luego voten por la reforma constitucional. La demora del tigrense en definir qué hará ya está mostrando su efecto paralizante sobre la oposición. Casi nadie quiere mover sus piezas hasta saber qué hará “Massita” y esta pérdida de tiempo sólo favorece al gobierno, que dispone del inmenso aparato del Estado, la red del clientelismo político y la impresora de billetes.

 Un rayo paralizante

 Si el efecto Massa paraliza y confunde al peronismo opositor, el impacto de la elección popular de consejeros potencia esta tendencia. En la UCR la reforma judicial ya divide las aguas. Gerardo Morales propone priorizar la impugnación judicial de la elección de consejeros, en tanto que Ricardo Alfonsín cree que lo mejor es acomodarse a las reglas de juego y presentar lista para la Magistratura. Después de todo, la UCR es, junto con el PJ, el único partido presente en las 24 provincias y sin mucho esfuerzo podría quedarse con la minoría del Consejo y arrastrar con esa boleta el voto a senadores y diputados nacionales más legisladores provinciales. Es que, con las barreras que levantó la nueva ley, en la práctica habría muy pocas listas para consejeros, tal vez sólo tres. Morales y Ernesto Sanz también advertirían que, si la UCR convalida la nueva ley y seguidamente se beneficia de ella, quedaría descolocada y bajo sospecha ante una opinión pública que cada vez se aleja más del gobierno, abonando las acusaciones de Elisa Carrió. En el FAP, mientras tanto, el recuento de distritos tranquiliza a los socialistas, ya que cumplirían de sobra las nuevas exigencias legales de contar con al menos de 18 distritos para poder postular consejeros. De ahí que Hermes Binner empezó en los últimos días a mostrarse más independiente de los radicales, hablando de conversar con Macri. El PRO también cuenta con 18 distritos y necesita armar una lista de consejeros atrayente para que les traccione votos a sus figuras centrales en esta campaña, Miguel del Sel en Santa Fe, Alfredo De Angeli en Entre Ríos y probablemente Gabriela Michetti en Capital. La negociación para que Lavagna sea el primer senador del PRO está en baja, aunque algunos hablan ahora de postularlo para el Consejo de la Magistratura. De Narváez está en apuros, no sólo porque Massa puede vaciarlo de votos, sino porque su partido nacional, la Unión Celeste y Blanco, sólo tiene presencia en siete distritos: Catamarca, Córdoba, Corrientes, La Rioja, Santa Fe, Tierra del Fuego y Buenos Aires. Le faltan entonces nada menos que 11 distritos para poder presentar lista de consejeros y sin ésta perdería no pocos votos. El empresario y su operador Gustavo Ferrari están tejiendo a toda velocidad un esquema de alianzas que le permita sumar a varios partidos nacionales y llegar al crítico número 18, aunque todavía no está descartado un acuerdo a último momento con el PRO. En cuanto a la Coalición Cívica-ARI, está representada en 14 distritos: Catamarca, Chaco, Chubut, Córdoba Corrientes, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Santa Fe, Buenos Aires y Capital, o sea que deberá recurrir a una alianza con Proyecto Sur, Libres del Sur y otros partidos, para lograr los 18 distritos. Las nuevas reglas de juego imponen la conformación de alianzas más amplias y complejas, donde las fuerzas principales deberán ceder no pocas candidaturas a las menores con tal de llegar a los 18 distritos. Alfonso Prat Gay impulsa una lista única opositora sólo para consejeros, pero en la modificación que el kirchnerismo le hizo a la ley en Diputados se anuló esta posibilidad. El artículo 4° prohíbe que se conforme una alianza sólo para candidatos a consejeros. Una pregunta recorre ahora el arco de una oposición semiparalizada por esta situación. ¿Y si la justicia suspende la elección de consejeros después de que están oficializadas las alianzas? En ese caso, las mismas serán inmodificables aun cuando ya no sean convenientes ni rentables en términos de voto para algunos de sus firmantes. Estas dudas, más el factor Massa, envuelven al mundo opositor en una pesada atmósfera de vacilaciones y desconcierto. El gobierno, que si algo no le falta es iniciativa, está empezando a aprovechar el tiempo que los otros pierden.

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