Por Daniel Gallo/La Nación.- Se descubrió ayer el hurto en las imágenes de la Virgen y del Niño Jesús; esas joyas habían sido diseñadas por el orfebre Juan Carlos Pallarols con la colaboración de un millón de fieles, entre ellos el papa Benedicto XVI
La ciudad de San Nicolás quedó conmocionada ayer al conocerse el robo de ornamentos religiosos en el santuario. Las coronas de la Virgen y del Niño Jesús fueron robadas durante la madrugada tras romperse el vidrio reforzado que resguardaba las imágenes. Trabajadas en plata, esas joyas -que incluyen un rosario también desaparecido- tienen un valor simbólico que supera al material. Incluso más de 600.000 personas colaboraron en 2009 en su elaboración, que estuvo a cargo del reconocido orfebre Juan Carlos Pallarols.
La policía no encontró pistas firmes sobre el responsable del robo y las cámaras de seguridad cercanas no habrían obtenido filmaciones de calidad para ayudar en la pesquisa. Sólo fueron realizados algunos allanamientos en una villa de los alrededores sin obtenerse resultados.
El sacristán del templo descubrió el hecho al ser el primero en ingresar en el recinto. "Es un inmenso dolor", dijo el obispo de San Nicolás, monseñor Héctor Cardelli.
Y agregó: "Los mecanismos de seguridad con que cuenta el santuario no fueron suficientes para detener la profanación". El camarín que guarda la figura de la Virgen fue instalado en septiembre de este año.
Cardelli coronó las imágenes de la Virgen y del Niño Jesús el 25 de mayo de 2009. Esas joyas fueron trabajadas durante un año por Pallarols, que abrió la posibilidad a que cualquier persona aporte un golpe simbólico tal como ocurre cuando realiza los bastones presidenciales. Además de cientos de miles de fieles, habían participado de esa acción colectiva el papa Benedicto XVI y la presidenta Cristina Kirchner.
El artista valuó en 25.000 pesos el costo del material de las joyas y consideró que en caso de fundir el material los delincuentes no podrían obtener ni siquiera 1000 pesos.
En otros casos de ataques a imágenes religiosas se trató de vandalismo. Así ocurrió en el robo del corazón de Fray Mamerto Esquiú en enero de 2008. Esa reliquia religiosa desapareció del Convento San Francisco, en Catamarca, y por el caso fue acusado un ciudadano boliviano que aseguró haber arrojado a un basurero la venerada figura. No fue recuperada.
Tampoco resultan anormales los robos de cáliz en parroquias de todo el país, por lo que desde hace algunos años la principal imagen religiosa en la Argentina es fuertemente custodiada: la Virgen de Luján está blindada.
Los visitantes a la Basílica de Luján podrán advertir un inesperado detalle: al costado de la nave principal un gendarme siempre se mantiene atento a pocos metros de la Virgen, como forma de desalentar cualquier intento de profanación.
Fue en 2006 cuando el por entonces obispo de la diocésis Mercedes-Luján, monseñor Rubén Di Monte, exigió incrementar las medidas de protección en ese santuario. "Nunca puede descartarse un acto de vandalismo", comentaba cuando debía explicar los motivos de la presencia tan cerca de la Virgen de un gendarme con su pistola reglamentaria al cinto.
En Luján, el camarín de la Virgen está blindado y está rodeado además de varias medidas electrónicas de seguridad.
Una docena de gendarmes están instalados dentro de la Basílica en forma permanente para evitar que un robo allí provoque una conmoción de incalculables dimensiones.
El santuario de San Nicolás no contaba con esos elementos adicionales de vigilancia. Eso fue aprovechado por quienes cometieron el robo. Según se pudo reconstruir, durante la madrugada de ayer los ladrones habrían utilizado una escalera que estaba en el lugar para acceder a la ventana del piso superior, que daba al camarín de las imágenes.
El vidrio roto evidenció que no se está frente a un hurto de alto nivel, sino que sólo se aprovechó la fuerza de algún elemento contundente para romper la escasa protección de las figuras religiosas.
Conmovido por la desaparición de las piezas, monseñor Cardelli pidió a los responsables la devolución de esas joyas: "Ponemos en manos del Señor a los autores del mismo para que tanto quienes lo idearon como quienes lo perpetraron abran su corazón a la justicia divina y a los más caros sentimientos de sus devotos".
Informe: Valeria Musse
