
Guillermo Cherashny/El Informador Público.- En el paro general de ayer Hugo Moyano demostró que conserva influencia más allá de la Federación de Camioneros. Por ejemplo, ayer la medida se sintió bastante entre los metalúrgicos, Smata y algunos gremios del transporte. La excepción importante fue la UTA, cuyo máximo jefe Roberto Fernández logró que los colectivos circularan, pese a los piquetes, pero vacíos de gente, que en muchos casos se sumó voluntariamente al paro general. En cuanto al comercio, especialmente en la zona norte de Buenos Aires, se plegó mayoritariamente al paro. Es evidente que muchos de los que participaron del 13S y el 8N se quedaron voluntariamente en sus casas repudiando al gobierno nacional.
En cuanto a la efectividad del paro en el conjunto del territorio nacional, fue irregular y se sintió con más fuerza en el conurbano que en el interior del país. La tendencia por ahora no cambia. Hay que tener en cuenta que las últimas movilizaciones y protestas sindicales contra el gobierno se pudieron hacer por la existencia de una economía estancada o quizás en una leve recesión que se resiste a finalizar. Tal vez esta tendencia económica continúe por lo que queda del año y el verano próximo. El repunte podría arrancar en el segundo trimestre del 2013, cuando se empiece a levantar la cosecha que sería record si deja de llover mucho de acá a fin de año y no llueve demasiado en la época de la cosecha. En el caso opuesto de que se repitan las inundaciones la cosecha no será record y puede ser escuálida, como la de 2011-12. Tampoco hay que restarle mérito sobre las reacciones de la gente a la creciente inflación, porque en el 2009 hubo una recesion del 3% con una inflación del 13% anual y el gobierno perdió las elecciones legislativas del 28 de junio en Buenos Aires, Santa Fe y la Capital, aunque ganó en el resto del país. Pero la particularidad en este año de estancamiento o de leve recesión es que la misma es acompañada por una inflación del 26% anual que pinta un 30% para el año 2013. La misma es la causa fundamental del reclamo para que se aumente el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias. El gobierno se niega a esta modificación porque perdería un importante ingreso fiscal del que no puede prescindir. Es que si continúa emitiendo en vez de reactivar la economía, se va todo al aumento de precios. Pero aún más golpeado por el paro que el gobierno quedó Antonio Caló, el secretario general de la CGT Balcarce y líder de la UOM, donde el paro se sintió fuerte. Lo mismo ocurrió en SMATA. El secretario general de este sindicato, Ricardo Pignanelli, ya había sufrido un golpe duro en la ciudad de Córdoba cuando sus afiliados de la planta de Renault abuchearon a la Ministra de Industria Débora Giorgi. Así las cosas, la situación social sigue recalentándose y los grupos de las redes sociales debaten preparando otra marcha masiva para antes de fin año mientras la alianza entre Moyano, Micheli y Barrionuevo se mantiene en estado de alerta y movilización. Si la tendencia continuara al ritmo de lo ocurrido a partir del 13S, se le podría hacer difícil a este gobierno -y a cualquiera- sobrellevar semejante desgaste hasta el 2015. La apuesta oficial es que un cierto mejoramiento económico a partir de marzo, sumado a la concentración de la opinión pública en la contienda electoral, sean factores suficientes como para desactivar la actual olla a presión. Esto sin hablar de que, aunque está clara la vocación pacifica de los caceroleros y los sindicalistas, las permanentes marchas y movilizaciones objetivamente aumentan el riesgo de que se produzcan episodios de violencia.