HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

miércoles, 22 de septiembre de 2010

ABEL VIGLIONE
"LA DUDA ES QUIÉN HARÁ EL AJUSTE PORQUE ES INEVITABLE"

ENTREVISTA DE ÁMBITO FINANCIERO A ABEL VIGLIONE

En la tradicional entrega de El Economista del Mes, el análisis de la situación actual y de las perspectivas estuvo a cargo de Abel Viglione. El economista jefe de FIEL considera que, aunque se corrijan la debilidad fiscal y la inflación, habrá que encarar varios cambios en la política económica, empezando por el fuerte crecimiento del empleo público, el insostenible esquema de subsidios con tarifas congeladas y el impacto de la reforma previsional. El economista jefe de Fiel Abel Viglione advierte que el empleo público creció más del 40% en la última década, cuando la población aumentó un 10%.

1 ¿Qué lectura hace de la actual coyuntura?

En la actualidad todas las fichas están jugadas para fogonear el consumo, y los indicadores de ventas muestran ello. Mes a mes las ventas de comercios minoristas, las de productos electrónicos, las ventas de automóviles al mercado interno y el número de escrituras no paran de crecer. Por supuesto que cuando uno enfrenta un fuerte aumento de la demanda tiene como correlato un aumento del nivel de actividad, la oferta. Pero del lado de la oferta hay un evento bien marcado, el boom agrícola, dado que la campaña actual tiene más de 30 millones de toneladas que la anterior, fuertemente afectada por la sequía. Ahora ese hecho no se debe a políticas internas, sino a Dios, dado que las condiciones climáticas fueron inmejorables y por lo tanto los rindes excepcionales. Este salto de la producción agrícola no acontecerá en la próxima campaña, por lo que es un efecto de una sola vez. Que la producción de soja aumente cerca de 22 millones de toneladas no tiene correlato en el consumo interno, dado que los argentinos no consumimos ni harina ni aceite de soja, excepto en ese último caso para elaborar biodiésel. Prácticamente todo el incremento agrícola tiene destino externo.

También recibimos una ayuda de nuestros «amigos», en este caso Brasil y China. Digo «amigos» pues cada tanto por algunas restricciones a las importaciones que establecemos se generan problemas con esos dos países. Brasil se lleva el 24% de nuestras exportaciones y cerca del 45% de las manufacturas de origen industrial; a China destinamos entre el 8% y el 9% de nuestras exportaciones, concentradas en productos primarios (el 20% de nuestras exportaciones primarias) y las manufacturas de origen agropecuario (cerca del 8% de nuestras exportaciones MOA). China y Brasil creciendo se llevan puesta la producción industrial y la agrícola, por ello habría que tratar de no confrontar como lo hemos hecho en los últimos años.

2 Entonces, ¿por qué vuela el consumo interno?

Por un fuerte impulso de la política económica, que ha formado un trío: política fiscal, política monetaria y política de ingresos fuertemente expansivas. Con ese trío presente es imposi-ble que el consumo interno no aumente fuertemente.

Pero la contracara de esas políticas expansivas es un aumento generalizado de los precios (inflación) que afecta a los sectores de ingresos fijos (asalariados, jubilados y pensionados) al erosionarles sus ingresos.

La inflación es un problema gravísimo por tres razones:

a) El Gobierno no reconoce el problema de la inflación y por lo tanto no toma medidas para contenerla. Es lo mismo que no reconocer una enfermedad para no ponerse bajo tratamiento médico; a la larga es un gran problema. Hasta ahora sólo se habló de «tensión» de precios por crecimiento, concentración monopólica (de paso, me podrían explicar cómo es eso, dado que la concentración es menor que en 2003 y los precios ese año subieron sólo el 3,7%).

b) La inflación es un impuesto que se cobra sobre los billetes que cada uno de los argentinos tenemos en el bolsillo o en cuenta corrien-te. Es un impuesto no legislado y que no se coparticipa con las provincias, además de ser de fácil recaudación. Es el impuesto más regresivo que existe, pues recae sobre los sectores de menores recursos.

c) Sólo 5 países presentan una tasa de inflación supe-rior al 10% anual (Venezuela, India, Paquistán, Emiratos Árabes y la Argentina), y estamos en la segunda posi-ción peleando «cabeza a cabeza» con Venezuela, donde la tasa de inflación anual es del 31%.

3 Sin embargo, la gente no se refugió en el dólar. ¿Por qué?

El efecto de la inflación también desató un boom de compra de bienes durables por parte de la sociedad, que intentó deshacerse de los pesos o comprar en cuotas fijas. ¿Por qué no fueron a divisas? Creo que la sociedad observa estabilidad en la cotización del dólar, que en el fondo es producto de que la oferta de dólares es mayor a la demanda de los mismos, lo que hace que el BCRA sea el comprador de última instancia para sostener la cotización del dólar cercana a los $ 4. Además, los elevados términos de intercambio (precios de exportación versus precios de importación), que se encuentran dentro del máximo histórico, ayudan a obtener una oferta excedente de dólares. La situación sería muy distinta si los términos del intercambio fuesen los que imperaron entre 2000 y 2003, el 30% inferiores a los actuales.

Hay abundancia de dólares, sea stock (las reservas del BCRA) o flujo, lo que les permite a las autoridades manejar el tipo de cambio nominal, y por ende usarlo como ancla nominal. Ello reduce la demanda de divisas presente, pero a medida que el tipo de cambio real siga cayendo por la elevada tasa de inflación, la situación de algunos sectores se irá comprometiendo, y la demanda de divisas por parte del público podría aumentar. Cabe mencionar que la confianza no es plena, pues seguimos fugando capitales, dado que la salida por año ronda los u$s 12.000 millones.

4 ¿Cuáles son los riesgos de todo este andamiaje?

El riesgo de corto plazo es que el deterioro fiscal que ha acontecido en los últimos años, al pasar de un superávit operativo promedio del 3,5% del PBI a un déficit del 1% del PBI (un «viaje» de casi 5 puntos del PBI) haga que la política fiscal determine la política monetaria. Tres años atrás el financiamiento del BCRA al Gobierno era despreciable. Este año superará los 2 puntos del PBI, y ello sucede porque las cajas al Gobierno se le van agotando. La secuencia para obtener fondos nuevos fue: a) aumento de retenciones (noviembre 2007); b) expropiación de las AFJP, stock y flujo (septiembre 2008); c) uso de las reservas del BCRA para el pago de la deuda, el llamado Fondo del Bicentenario (enero 2010); y d) financiamiento del BCRA al Gobierno a partir del segundo semestre de 2010.

Si la política fiscal condiciona a la política monetaria la situación se complicará más adelante. Esa película la vimos con anterioridad, y su final era trágico. Pero debemos recordar que el director de la película puede tomar decisiones para alterar las escenas, tratando de salvar al «muchachito valiente» en la misma. Esperemos que el director tome las decisiones correctas para no caer de nuevo en los «viejos problemas».

5 ¿Si corrigen los desvíos ahora, despejamos el mediano plazo?

Aun cuando corrijamos los «viejos problemas conocidos» en el corto plazo, creo que enfrentamos tres problemas importantes mirando unos años para adelante. El primero es el del empleo público; el segundo el de los subsidios acordados para mantener las tarifas públicas; y el tercero el régimen de jubilaciones y pensiones.

El empleo público no para de crecer y de aumentar su participación en el empleo total. Entre 2000 y 2009 el Gobierno nacional, los gobiernos provinciales y municipales y las empresas públicas incorporaron 903.000 nuevos empleados, dado que pasamos de una dotación de 2.222.000 en 2000 a 3.125.000 en 2009. Casi el 75% de las incorporaciones fueron realizadas por las provincias. Mientras la población crecía al 1,06% anual el empleo público lo hacía al 3,9% anual. Hoy el empleo público representa el 21,2% del empleo total, similar a la situación en Francia o Finlandia, pero con prestaciones de mucho menor calidad. Incluso superamos en esa relación a nuestros vecinos, como Uruguay (16,5%), Chile (14,2%) y Brasil (11,1%). ¿Cómo se solucionará esto? No lo sé, pero creo que activamos una bomba de tiempo a nivel de las finanzas provinciales.

El segundo problema son los subsidios, que representan alrededor del 3% del PBI, siendo los más importantes los energéticos (el 1,5% del PBI) y los otorgados al transporte (el 1% del PBI). Si uno los pudiera borrar de una sola vez sería el arreglo perfecto de las finanzas públicas nacionales, pero ello no es posible, principalmente en los subsidios asociados al transporte. Esta situación no es sostenible en el largo plazo y deberá ser corregida de alguna manera, y haciendo uso de alguna tarifa social para las personas de menores ingresos. No va a ser fácil su solución, el problema será «quién le pone el cascabel al gato».

El tercer problema es el régimen de jubilaciones y pensiones, por los cambios introducidos: a) la moratoria de 2006 de acceso a beneficios sin aportes previos, con deuda descontada en 60 cuotas sobre el haber del beneficio y que entrará como pago completo a mitad de 2011; b) la reforma de 2007, aumento de PAP del 0,85% al 1,5% del salario en los últimos 10 años; y c) la contrarreforma de 2008, apropiación del stock de activos financieros de las AFJP y percepción de aportes de nuevos afiliados al reparto, pero también compromiso de mayores erogaciones previsionales posteriores. Si bien los cambios aportan un alivio de corto plazo en las necesidades de financiamiento, también generan mayores compromisos posteriores. La magnitud es enorme, dado que considerando las modificaciones en valor presente (al 4%), la deuda implícita descontando el stock de activos financieros apropiados por el Estado en 2008 ($ 56.000 millones) subió el equivalente del 20% del PBI. Habrá que cobrar más impuestos en el futuro para atender el sistema de pensiones.

6 Son tres problemas y tres desafíos para el futuro.

Luego de la crisis internacional de 2007-2008, y de la recesión local de 2009, la Argentina vuelve a crecer, pero apareciendo los «viejos problemas», debilidad fiscal e inflación principalmente. En el corto plazo no existen condiciones para una crisis de pagos o cambiaria, pero se siguen acumulando problemas para ser resueltos en el futuro. Habrá que realizar cambios y la pregunta es: ¿quién los realizará? Las dos opciones son: a) la actual administración, y b) la nueva administración que surja de las elecciones del año próximo. Queda a definición del lector determinarlo, pero que los cambios deberán realizarse no cabe duda alguna.

FUENTE: ÁMBITO FINANCIERO

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