HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

viernes, 27 de agosto de 2010

PAPEL PRENSA: "LA REALIDAD ES LA ÚNICA VERDAD"

Por Myriam R. Chávez de Balcedo
Directora del diario Hoy

Cuando una persona como yo tiene 70 años, y ha vivido la apasionante historia reciente de la Argentina, con todas las luces y sombras que significó el proceso de auge y caída de nuestra nación, tiene la obligación de salir a decir sus verdades con todas las letras. Yo tenía 36 años cuando derrocaron a Isabelita, en un golpe que no sólo fue realizado por los militares, sino también por muchos integrantes del poder económico y político, incluido el propio PJ, que la veían como una mujer débil y manipulada por un elemental esotérico como lo era López Rega.

Detrás de esa situación actuó la CIA, en sociedad con variados intereses antinacionales, que también operaron para que miles de jóvenes se sumaran a esa verdadera locura que fue la lucha armada, en momentos en que la vida de un compatriota era sagrada.

No en vano ese gran estadista y líder popular, como fue Juan Domingo Perón, echó de la Plaza de Mayo a los guerrilleros, calificándolos de “imberbes”. Con eso Perón les estaba advirtiendo a esos jóvenes que iban por el camino equivocado, que no estaban entendiendo lo que verdaderamente se jugaba en nuestro país: la Argentina era la gran potencia del cono sur y adquiría, en el plano geopolítico, una importancia cada vez mayor, y eso no era para nada funcional a los intereses norteamericanos.

No hay que olvidarse que, en aquellos años tumultuosos, los aspirantes a ingresar a Montoneros se recibían de guerrilleros al matar o atentar contra pobres agentes de Policía. Se había desatado una marea infernal ideológica, que fue el caldo de cultivo para lo que vino después. Y lo que vino fue el proyecto económico que encarnó el inefable José Martínez de Hoz, que a sangre y fuego transformó un país. De una Argentina donde no se conocía la pobreza y se encaminaba a ser una potencia industrial, se pasó a un territorio rico plagado de pobres e indigentes. Y donde los únicos beneficiados son los grupos concentrados, los monopolios y los bancos.

Fue en el marco de este genocidio político y económico donde se produjo el traspaso de acciones de Papel Prensa. Pensar y decir, como lo hace alegremente la señora Carrió y otros opositores, de que la familia Graiver pudo realizar una operación económica de esas características, sin recibir presiones de los grupos de poder de aquel entonces, es de una infantilidad absoluta, casi demencial.

La señora Carrió, y hasta la propia Presidenta, tienen la suerte de contar con algunos años menos que yo. Pero, por eso mismo, considero que tengo mayor autoridad para salir a hablar, porque a mí nadie me contó lo ocurrido en aquellos años oscuros. Yo lo padecí en carne propia, cuando, con mi familia, nos tuvimos que ir de La Plata y refugiarnos en un departamento de 39 metros cuadrados de Villa Gesell por más de dos años, simplemente por ser mi esposo un dirigente obrero. Era catalogado por la guerrilla como “un burócrata sindical”, y perseguido por la dictadura por ser considerado un pensador de la izquierda peronista y nacional.

Cuando se realizó la operación de Papel Prensa, la dictadura pensaba que se iba a quedar más de 50 años en el poder. Y necesitaba un periodismo dócil, que actuara de acuerdo con sus intereses. Y ello también se registraba en la provincia de Buenos Aires, que gobernaba el siniestro Ibérico Saint Jean, teniendo al represor Ramón Camps (entonces jefe de la Policía) como brazo ejecutor, que además mantenía estrechos vínculos con varios editores de diarios que aún siguen en funciones, entre ellos Raúl Kraiselburd (director del diario El Día).

Todos sabíamos que ver un Falcon verde estacionado podía significar que alguien estaba por desaparecer. Por eso, decir que la venta de Papel Prensa se hizo en un contexto de libertad, mientras gobernaba una dictadura sangrienta que amparaba el accionar de las bandas del terrorismo de Estado, resulta inadmisible desde todo punto de vista.

Nadie puede decir que el diario Hoy es genuflexo ante el poder central. En reiteradas ocasiones hemos cuestionado determinadas políticas de Estado, que creemos que no son beneficiosas para nuestro país. Pero, al conducir un medio de comunicación masivo, que diariamente llega a más de 250 mil lectores, tengo la obligación de expresar la necesidad de que, de una vez por todas, se haga justicia con este verdadero karma que tienen los diarios independientes que se llama Papel Prensa.

FUENTE: DIARIO HOY DE LA PLATA

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