Binner y Cristóbal López chocan por Paraná Metal.
Con la venia del gobernador, el empresario kirchnerista compró finalmente la empresa de autopartes de Villa Constitución, pero quiere hacer un feroz ajuste. “Sobran 400 operarios”, contaron a LPO que dijeron los representantes de la compañía. El socialista teme un Kraft santafesino.
La relación entre Hermes Binner y Cristóbal López, está en el preludio de un enfrentamiento. La causa: Paraná Metal.
El empresario kirchnerista compró, con la venia del gobernador santafesino, la fábrica de autopartes de Villa Constitución, pero ahora quiere realizar un feroz ajuste que chocará con la gestión del socialista. “Sobran 400 operarios”, contaron fuentes gremiales que les dijeron los representantes de la compañía a los trabajadores antes de que M&S –la empresa de López- finalmente comprara la planta el 22 de enero. “Ya sabíamos de sus intenciones, pero como estaban en negociaciones, no teníamos a quién reclamarle”, explicaron desde la UOM a La Política Online. “Ahora que hay una cara que lleve adelante estas políticas, estamos negociando y analizando qué medidas se tomarán si no se cumple con el acuerdo de que no hubiera ningún despido”, amenazaron. Paraná Metal fue una de las primeras empresas que comenzó con los despidos masivos. Por la crisis económica global, el 16 de diciembre de 2008 anunció que despediría a los 1.200 trabajadores y cerraría la planta de autopartes instalada en Villa Constitución. Por la intervención del Gobierno, lograron acordar que se suspendieran y bajaran los salarios de los operarios a cambio de que mantuvieran las fuentes de trabajo, mientras desde la gestión kirchnerista buscaban un comprador que quisiera hacerse cargo de la empresa. En ese momento entra en escena el zar del juego, quien –con clara intenciones de comprarla- inyectó $7 millones a los fondos de la fábrica para pagar los salarios atrasados y mantener una producción básica de 1.100 toneladas mensuales. Y acordaron que con la ayuda del Programa de Recuperación Productiva (REPRO) otorgado por el Ministerio de Trabajo de Carlos Tomada iban a mantener a los empleados con suspensiones rotativas pagándoles el 70% de sus sueldos los días que los operarios no fueran a la planta. Sin embargo, establecieron un programa de retiros voluntarios al que con el desgaste que generó más de un año de incertidumbre, se acogieron unos 150 operarios. Por lo que siguen "sobrando" 250. Ahora los trabajadores denuncian un “operativo desgaste” de la empresa. “Hay un recorte de guardias, anunciaron que se viene una importante reducción del personal y amenazan con reducir a 20% el sueldo que se paga los días de suspensión”, enumeró uno de los trabajadores de la planta. Esta situación pone en pie de guerra a los trabajadores y a Binner con Cristóbal López. El socialista teme un Kraft santafesino, donde el ajuste del empresario kirchnerista genere un problema social en Villa Constitución, medidas de protestas con cortes de rutas y termine siendo el gobierno provincial quien mande a reprimir a los operarios. Esto mismo es lo que pasó con el conflicto laboral en la ex Terrabusi, donde Tomada no intervino hasta que explotó y fue Daniel Scioli quien tuvo que mandar a la Bonaerense para despejar la Panamericana. Paraná Metal es la segunda empresa importante que funciona en Villa Constitución –la primera es Acindar-. Actualmente emplea alrededor de 900 trabajadores, sin contar los contratados y las actividades que se mantienen alrededor de su producción. Binner le hizo la venia a Cristóbal López cuando estaba negociando quedarse con Paraná Metal. Sólo le puso una condición, que siga el modelo Acindar. A diferencia de la autopartista cuyo principal cliente es la empresa Ford de Brasil, la metalúrgica tiene una cartera de productos muy diversa y eso la mantiene en pie en tiempos de crisis. “La idea que ronda desde hace tiempo en Paraná Metal es que diversifique sus productos y sus clientes -explicaron desde la UOM- Así mantendría cierta certidumbre de estabilidad a los trabajadores y no estaría atada a la crisis de una o dos empresas del mismo sector”. Pero para ello, reconocieron, “se necesita inversión y automatizar la planta”. Por ahora, los trabajadores están negociando con los representantes de M&S y mantienen reuniones con concejales de Villa Constitución en busca de respaldo político para un posible enfrentamiento futuro.
FUENTE: lapoliticaonline