TREMENDA MARICONADA

Todo lo poco que la “oposición” se atreve a cosechar políticamente en un tomar distancia del despropósito político oficial argentino, lo tira por la borda ella misma. Con gente así es muy difícil. Acaban de aceptar, la mayoría de los legisladores opositores, la conveniencia e importancia de legislar a favor de los matrimonios homosexuales. Socialistas, radicales, carriotistas, peronistas disidentes y demás, parece que van a ser de la partida. Además lo presentan como un adelanto y progreso de la humanidad. ¿De donde salieron? Es la maldición del progresismo. Supuesta conquista del hombre que so pretexto de hacerlo más libre, lo encadena a los peores momentos de la cultura y el desarrollo de la especie en toda la historia de la humanidad. El sentido común es una virtud ausente en el tergiversado y distorsionado universo de los derechos humanos, tema capturado políticamente por los enemigos de los pueblos y el hombre desde hace ya mucho tiempo. Lo “políticamente correcto” se les presenta como una espada de Damócles flamígera y descalificadora. Han comprado a bulto cerrado todas las políticas de una contracultura neopagana que va a pretender de ellos mucho más que su voto legislativo. Es sabido que estas propuestas de suvertir los logros de la humanidad en su formación, protección vital, dignidad y felicidad, provienen de políticas mundiales muy concretas que empiezan por la cultura y terminan con saqueos económicos y humanos. El principal logro es el relativismo y el vale todo como estadio organizado de la conciencia para la indefensión de los pueblos y las naciones. ¿No lo saben nuestros legisladores a todo esto? Pero los gobierna el temor a pasar por retrógrados y medievales, y aperder las bancas frente e estas uniformes "mayorías" progresistas. Qué fáciles que son. El gobierno se va a dar el lujo de hacerles hacer todo el gasto. El gobierno tiene objetivos cortos y mezquinos, pero concretos. Obtener a cualquier precio una tranquilidad legislativa para controlar el mayor tiempo posible su posibilidad de continuidad o inmunidad. Esta es una manera en la que la oposición es conducida “en disidencia” en este y otros temas. Lo terrible es que esta realizado más desde el temor que del acuerdo. Es para proteger el cargo o la banca frente a la policía mundial de los derechos humanos, que lo que menos tiene que ver es con la humanidad y su destino. Es casi imposible que desde este pensamiento y comportamiento absolutamente débil, pueda surgir una conducción política capaz de enfrentar a los Kirchner.