HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

lunes, 19 de octubre de 2009

SALVAJE Y FINAL EFICACIA

¿Quién será el próximo diputado en darse vuelta? Hagan sus apuestas. En estos cuarenta y cinco días que median con el recambio legislativo del 10 de diciembre y ante el apuro kirchneristas por “sacar” leyes funcionales a sus cortos y mezquinos planes políticos, es muy probable que el chiquero en el que se ha convertido el Congreso Nacional, se profundice. Después de fin de año puede continuar, pero ahora se produce como una inflexión. Es de considerar que dentro de la batería de ofertas con que cuenta el oficialismo para rearmar su bloque legislativo “justo y necesario”, tienen algunas propuestas irresistibles para la partidocracia tradicional. Vía la reforma política es muy probable que recluten algunos legisladores radicales de paladar negro. O quizás la reforma política sea una nueva oportunidad y excusa de para hacerse de unos buenos pesos extra. Lo que resulta bastante insólito es contemplar a los dirigentes opositores de primera línea aparecer ofendidísimos por las indignas defecciones de parte de su tropa. Ahora bien, ¿Qué pensaba Lilita Carrió, Reutemann, De Narváez, los radicales, etc., etc. cuando armaban “fuerzas” y listas de candidatos? Nada de Leónidas y los 300, queremos creer. Lo chirle del origen de todas las fuerzas legislativas actuales más las entrantes, en general, no hacen más que preveer situaciones de este tipo. El escándalo de la Banelco se insectifica frente a la magnitud de la descomposición política y moral del Congreso actual. Las delicias de la política de encuadramiento de Néstor y Cristina se van a prolongar frente a la inacción generalizada y a una constante oportunidad de ejecutar la corruptela ante una tentadora masa de lábiles legisladores. Arriesgamos a pensar que más de una oportunidad va a ser no por necesidad legislativa, sino por piacere y para alborotar hormigueros ajenos. La ausencia de objetivos políticos claros que no sean exclusivamente salvarse económicamente, es el común denominador de muchos pequeños tiburones que arribaron y van a arribar a las cámaras legislativas. Para no ensañarnos con los legisladores exclusivamente, debemos reconocer que el mal tiempo es general, pero la vidriera del Congreso Nacional como “frente de batalla” ha sido elegida especialmente y no por nosotros.

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