Proliferan los hijos del poder. Kirchner, Abal Medina, Pérsico, Recalde, Masón y Moyano, por nombrar los más obvios, no pudieron escapar a un clásico de la paulatina degradación de la política en la Argentina y el paralelo endurecimiento de las caras: posicionar al nene o la nena en cargos importantes, o en la utilización ilegal y desproporcionada del poder. Los pergaminos que quizás tengan muchos de los progenitores y que fueran conquistados en batallas políticas, también por la vida en curso, son intrasferibles y no hereditarios. Más allá de la nobleza o no de aquellos actos de una militancia política y gremial, muchas veces con auténtica persecución incluida, debemos destacar que fueron sus propias realizaciones personales, en general, las que los llevaron adonde están. El ostensible tono caprichoso de protegidos al extremo y sin razón, que han exhibido muchos de estos hijos por estos días, nos eximen de mayores investigaciones. Desplantes e impericia en medio de escándalos de corrupción aérea y tráfico de drogas, envuelven la actividad de al menos dos de ellos. También debemos soportar las impertinencias políticas y de todo tipo de los legisladores hijos de desaparecidos. Pareciera que tienen licencia para matar, como el señor Bond, James “Ciro Ciro” siete. ¿O ese es otro perejil? Cannabis y vuelos charter, un coctel letal para la pésima imagen de un gobierno que proporcionalmente a su impopularidad, crece en su violencia y arbitrariedad. En el tablero diario del juego perverso de hacer como que gobiernan, la ficha de la pobreza ocupa un lugar preponderante. No es para su tratamiento que la vemos aparecer en escena. Muy por el contrario, es para confirmar la utilización de estos verdaderos ejércitos de desocupados y marginales en todo tipo de necesidades tácticas que la pulseada de los Kirchner con la realidad le demanden para el control u ocupación de la calle. Los incidentes de los herederos son, si se quiere, menores frente al latrocinio de la Argentina. Pero también son modélicos. ¿No nota, señora y señor, desde hace algunos años a esta parte, una acelerada aproximación al universo menemista tan “criticado”?
