TOUR DE DEUDA

La plata y las condiciones, incluyendo la “lana” para quién corresponda, hace rato que estarían resueltas. En lo que se refiere a las relaciones con el Fondo Monetario Internacional y el Club de París, todo marcha sobre ruedas. ¿Qué falta entonces? Ultimar detalles de los negocios como precio encubierto de los nuevos préstamos, de allí la importancia de Néstor Kirchner en el detalle. Pero también falta el “montaje” para la tribuna argentina. La “mise en scène” o puesta en escena. Un nuevo periplo mendicante y sumiso por las Capitales del Mercado, planteado al revés como “reingreso” al mercado de capitales. Un viaje de la sociedad presidencial por los centros de la moda internacional, posando de estadistas. Convengamos que los liderazgos en el mundo han decaído bastante. En esa circunstancia, en toda la exhibición, bastante obscena por cierto, que se hace desde la presidencia de la Nación, no importan demasiado los contenidos y ni siquiera las formas. También son viajes mediáticos fashion, la Presidente es adicta a ellos y se desvive por realizarlos sin importar costos y circunstancias. Y también lo es simultáneamente, de descompresión política nacional. Un tomar distancia hacia una pretendida “calificación” internacional que no terminan de lograr como así tampoco la nacional. “Como les cuesta ver a un progre tocar la campana de la bolsa en New York,” Textuales palabras de Cristina de Kirchner en una de las últimas incursiones con Néstor y que incluyera una entrevista con el progresista David Rockefeller para rendirle pleitesía. La Argentina en el concierto internacional, hace muchos años, algo más de treinta, ha perdido toda su personalidad como Nación. Los Kirchner no han venido a restituirla. Están convencidos que una personalidad exhibida como nuevos ricos y con poses de caprichosos hiperactivos, alcanza para ocultar las felonías en curso y de las que nuestra patria, que somos todos los argentinos, seguramente pueda agradecer jamás.