Monseñor Antonio Marino: “Hubo una estudiada estrategia de presión”
Por Sergio Rubin - Especial para Los Andes
(LOS ANDES) - ¿Cómo evalúa la aprobación en el Senado del matrimonio gay?
Es el resultado del apuro y de una imposición ideológica. Subsisten los problemas señalados por especialistas de todas las disciplinas en audiencias del Senado. En el fondo, hay un vaciamiento de la institución matrimonial.
-¿Cree que Néstor Kirchner presionó a los legisladores, no permitiendo que votaran con libertad de conciencia?
-¿Qué opina de las dos senadoras que no apoyaban el proyecto y fueron invitadas a China con la Presidenta?-No opino sobre las senadoras, sino sobre su ausencia. ¿Pura casualidad?
-¿Qué lectura hace de que también algunos senadores de otros partidos como la UCR votaran a favor?
-Esta transversalidad tiene diversos significados según el alineamiento. En algunos casos, es efecto de una ideología dominante; en otros, parece resultado de la “obediencia debida” o el miedo a las carpetas.
-Pichetto lo describió a usted como “un personaje de las tinieblas”. ¿Qué piensa?
-La intervención del senador ha sido muy injusta e innoble. Si fuera hombre de honor, debería pedir disculpas por agraviar tan dura y abiertamente a la Iglesia Católica, al mismo Papa y a algunos obispos. Me atribuye dichos que nunca pronuncié ni escribí. Parece ignorar mi inmediata desmentida.
-¿Entonces usted no dijo que las parejas de homosexuales son hasta 30 veces más violentas que las heterosexuales?
-Ya desmentí con toda claridad esa afirmación, y vuelvo a hacerlo aquí. Jamás la pronuncié.
-¿Fue contraproducente para la Iglesia que Bergoglio dijera que estaba el diablo tras la iniciativa?
-El cardenal se dirigía a monjas contemplativas. No me parece que deba estar prohibido emplear el lenguaje de la Biblia, sobre todo para hablar con religiosas.
-¿Cree que la estrategia del Episcopado, de emitir declaraciones contundentes y apoyar marchas fue acertada?
-Nuestro mensaje fue liderado por intervenciones laicales en base a argumentos racionales, con acento en lo jurídico y social. Las manifestaciones populares fueron de un éxito notable y partieron de la iniciativa laical. Destaco también a legisladores que respondieron satisfactoriamente, como la senadora Negre de Alonso.
-¿Los fieles entendieron los argumentos de la lucha y la acompañaron entusiastamente?
-Los fieles respondieron muy bien. Ha sido un hito significativo en la participación del laicado católico en la sociedad civil y la política.
-¿No hubiera sido más conveniente impulsar la unión civil y evitar el riesgo de apostar a todo o nada?
-Así apostaron quienes redactaron la ley en diputados. También los senadores que confirmaron esa media sanción, negándose a aceptar un proyecto alternativo. No comparto el análisis del “a todo o nada”: no se planteó el tema en términos clericales, donde los obispos ejercíamos un poder y negociábamos. Ante leyes injustas, compete a los laicos procurar disminuir sus efectos negativos si no es posible su total rechazo.
-¿No terminaron los obispos haciéndole el juego a Kirchner, que nunca pareció estar muy preocupado por los homosexuales, sino que vio una ocasión de reafirmar su poder y torcerle el brazo a la Iglesia?
-El debate no lo introdujeron los obispos. Pero nosotros no podíamos callar ante un tema tan trascendente. El resultado en el Senado se vincula con una estudiada estrategia de presión.
-¿Debe el Episcopado hacer alguna autocrítica?
En cada asamblea los obispos evaluamos los temas más salientes, y del aporte de todos surge la luz.
FUENTE: ARGENTINOS ALERTA