HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

sábado, 9 de enero de 2010

ENGAÑOSAS DISYUNTIVAS. ¡¡DUNGA DUNGA O MUERTE!!

CANCELACIÓN DE DEUDA

La trampa del Bicentenario: dunga dunga o muerte.

La utilización de las reservas del BCRA para saldar la deuda pública busca convencer a los mercados de la solidez económica argentina. Los kirchneristas dicen que si no pagan con el fondo, los ajustes caerán en la salud, educación y planes sociales.
Alejandro Bercovich.

La base del interés que se cobra por los créditos es el riesgo. Todo lo que hizo Amado Boudou desde que es ministro fue para convencer a la City y a Wall Street de que el “riesgo argentino” no es tan alto como ellos pensaban. Es decir que el Gobierno les pagaría a los acreedores a cualquier costo. Su objetivo declarado: abaratar los intereses que les cobran al Estado y a las empresas argentinas. Ahora bien, una cosa es la metralla de “señales” que les ofreció Boudou a los acreedores al principio (reapertura del canje para los holdouts, negociación con el Club de París, diálogo con el FMI) y otra muy distinta es el denominado Fondo del Bicentenario. Todas benefician a los acreedores de la deuda –en su mayoría bancos– y perjudican (al menos en lo inmediato) a los contribuyentes, que sufren el drenaje de recursos que podrían servir para paliar la pobreza y el desempleo o para reindustrializar el país. Pero el Fondo es directamente un regalo a esos acreedores. Veamos por qué. Colocar u$s 6.569 millones de las reservas como garantía de pago del ciento por ciento de los vencimientos en dólares de 2010 equivale a abonarlos por adelantado. En moneda dura y con riesgo cero. Y, como sabe cualquiera que haya pedido prestada plata, quien precancela un crédito se suele ahorrar los intereses que pagaría si lo hubiese cancelado en el plazo previsto. En este caso, los Kirchner proponen pagar los vencimientos íntegros, con intereses que arañan el 12% anual en dólares en promedio. Es como poner u$s 100.000 a plazo fijo en un banco y dejarlos como garantía de un crédito de u$s 100.000 que se pida al mismo banco. El prestamista no se arriesga y cobra los intereses igual. Incluso sin salir de su lógica y sin discutir la legitimidad de la deuda, algo que Kirchner jamás se atrevió a hacer, el Gobierno podría haber ofrecido recomprar con esa misma plata los bonos que vencen este año, con algún descuento por el pago adelantado. Como hizo el Tesoro varias veces en los últimos dos años. Y como hace el propio Banco Central cuando compra títulos a un precio menor que el que costaría cancelarlos a su vencimiento. Pero los acreedores ahora quieren más, y por eso no aceptan la precancelación con quita. Por eso también les encantó el plan de Boudou, a quien le dio letra Mario Blejer, el candidato ortodoxo de la Rosada para reemplazar al también ortodoxo Redrado. Los kirchneristas dicen que si no pagan con reservas, habrá que ajustar más el gasto. Gastar menos en salud, en educación y en planes sociales. Dunga dunga o muerte. La mayoría de los opositores que dicen cuidar las reservas (incluso Redrado) concuerdan con que la disyuntiva es ésa, pero eligen el ajuste. Y, según él mismo deslizó antes del escándalo, Blejer pretende las dos cosas: ajuste y pago con reservas. Cegada por esa entelequia llamada “institucionalidad” o jugada a beneficiar a la banca, casi toda la oposición evita hablar de la deuda en este debate. Y el oficialismo disfraza de progresista su regalo a los acreedores. Conviene correrlos a todos para ver los intereses que se mueven detrás, sigilosos. FUENTE: CRÍTICA

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