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| Hipocresía y corrupción sin paradigmas. |
Por Rubén Lasagno/Tribuna de Periodistas.-
La hipocresía, la mentira y la corrupción de los Kirchner no tiene paradigma con el cual compararse en el país, y creo que en el mundo. La falsedad de la ex presidenta, su actitud fingida y su perversidad en funciones, es realmente sobrecogedora.
Hemos relacionado algunas fechas obtenidas de los cuadernos y, comparándola con lo ocurrido en nuestro país en fechas determinadas, encontramos una nefasta coincidencia que pinta de cuerpo entero qué fueron (Néstor y Cristina), cómo lo hicieron y quién es Cristina Fernández, hoy mencionada en las causas por lavado de dinero como Jefa de una Asociación Ilícita.
El 14 de octubre de 2010 fue un día como tantos otros para Oscar Centeno. Subió a su auto Corolla y comenzó, como hacía “normalmente”, conducir a Roberto Baratta con los bolsos llenos de dinero. Pero aquella jornada tendría para la sociedad en su conjunto un grado de perversidad superior, superlativa. Y Centeno no tenía idea de lo que iba a registrar, a partir de cuyas anotaciones y los sucesos políticos de esas fecha, pudimos encontrar lo que hizo y dijo aquel día la entonces presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner.
Aquel día, a pocas horas de su aprobación en el Congreso nacional, la presidenta Cristina Kirchner vetó la ley que garantizaba el 82 por ciento móvil para la jubilación mínima y acusó a sectores de la oposición de buscar “la quiebra de la Argentina”.
“He vetado esta ley de quiebras que ayer sancionó el Parlamento, porque tengo mucha responsabilidad. Son 40 millones de personas que dependen de las cosas que hagamos quienes tenemos responsabilidad en el Estado. ¡Basta de estafar al Estado! (aplausos) ¡Básta! Yo no soy tonta, esto de gente que tiene experiencia legislativa, que han gobernado provincias, que han sido titulares de partidos, digan ¡bueno no importa aprobá ahora y después vamos a ver cómo se financia… me parece demasiado ingenuo… yo creo que es esto y atrás, volver al sistema que los trabajadores tenían que depositar en el sector privado porque lo que se administró públicamente fue muy malo y se fundió, entonces volvemos al sistema privado. Así privatizaron la Argentina (aplausos) con el desprestigio del Estado. Hay como intereses muy fuertes atrás de todo esto que en realidad no están sentados en las bancas del Parlamento, yo creo que los que están sentados ahí son las máscaras de otros que no están sentados ahí. Ahora, crean que la que está acá sí es, con sus errores y sus aciertos… las decisiones que tomo las tomo siempre pensando en los 40 millones de argentinos (aplausos). Yo quiero también, en nombre de las instituciones de la Argentina hacer un llamado de mucha responsabilidad, no se puede ser oposición y oficialista; no se pueden violentar los roles constitucionales. Cuando uno habla de la Constitución y de los roles institucionales, de la calidad jurídica y de la seguridad jurídica, tiene que hacerlo también desde un lugar de autoridad moral concreto y puntual de cómo están ejerciendo los roles de la Constitución esto está muy claro, pero que nadie se ponga nervioso, no queremos que se vaya nadie, simplemente que se cumpla con los roles como todos, por lo menos nosotros desde el Gobierno, lo estamos haciendo”.
Esto lo dijo Cristina Fernández al mediodía de aquel 14 de octubre de 2010. Algunas horas después, más precisamente a las 19:30 hs, la propia Cristina y Néstor recibían en su departamento de calle Uruguay 1306 en CABA, U$S 3.000.000,00 (tres millones de dólares) de manos de Roberto Baratta y Daniel Muñoz.
Aquel día, la bitácora de la corrupción K, escrita por Centeno, con horario 19:30 hs señalaba lo siguiente:
“Desde el ministerio lo llevé al lic Baratta y Nelson a Azucena Villaflor 450 piso 25 of 3. Esperamos todos en el coche y bajó Jorge Neira con una valija con 3.000.000 millones de dólares y la puso en el baúl. Luego subió al asiento de atrás y le entregó un papel al lci Baratta con el resumen de lo aportado por esa cantidad que mencioné anteriormente. En el camino los llamó al celular el Secretario del Dr Kirchner y le contestó que estaba de recorrida que después lo llamaría para informarle todo. Neira se bajó en Alem y Lavalle y nosotros seguimos a Uruguay 1306 que ya estaba viniendo para el lugar Daniel Muñoz. Luego, cuando ambos llegaron, entraron Baratta y Muñoz con la valija. Baratta llevaba un bolso vacío para traer luego las comisiones para repartir. Luego lo llevé al licenciado Baratta a su departamento y Nelson se fue en otro auto y yo me fui a mi casa”.
Tanta ambición, corrupción y avaricia era indetenible. Al menos eso pensaban todos los actores de la banda que gobernaba el país. La familia Kirchner se creía inmortal. Paradógicamente, 13 días después moría Néstor Kirchner en su casa de El Calafate, donde fuentes allegadas a la familia coinciden en afirmar que aquella plata descansaba en la bóveda de la residencia familiar en la villa turística (Agencia OPI Santa Cruz).
