HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

jueves, 13 de diciembre de 2012

EL GOBIERNO QUIERE FRENAR LA INFLACIÓN FIJANDO UN TECHO DEL 20% A LAS PARITARIAS

Por lapoliticaonline.- Axel Kicillof, Guillermo Moreno y Débora Giorgi coinciden en que es necesario bajar la inflación para el año que viene para que no afecte el nivel de actividad y por eso conformaron un equipo para frenar las subas salariales. Pero la CGT oficialista ya adelantó que no aceptaría un techo en las negociaciones. La consultora Econométrica estimó que la suba de precios podría llegar al 30%. En un contexto en donde la inflación parece haber recrudecido a pesar de la caída en la economía, el gobierno teme que la suba de precios empiece a afectar el nivel de actividad y para eso ideó un plan de lo más ortodoxo de cara al 2013: controlar las subas salariales, en el marco de un acuerdo por precios y salarios con empresarios y sindicalistas. El problema es tan grave que tanto la ministra de Industria Débora Giorgi, el Secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno y Axel Kicillof coinciden en que el año que viene hay que frenar la suba de precios.
Los funcionarios ya conformaron un equipo y el lunes pasado ya tuvieron su primera reunión con las cúpulas de la UIA y de la CGT oficialista que dirige Antonio Caló, que no estuvo exenta de rispideces cuando se le negó el ingreso al subsecretario de Competitividad Augusto Costa, que está bajo la órbita del viceministro de Economía. El oficialismo quiere que las subas en el 2013 giren en torno al 20%, o incluso menos. Sin embargo, Caló ya salió a advertir que no tiene en mente aceptar un techo en las negociaciones. “Cada uno va a defender sus paritarias porque cada sindicato es distinto. Como a mí no me gustaba que otros compañeros me marcaran la cancha, mientras yo esté al frente de la CGT no le vamos a marcar la cancha a nadie”, dijo ayer el metalúrgico durante la presentación de la Juventud Sindical Peronista. De esta forma, relegó en un segundo plano el reclamo por la suba en el mínimo no imponible. “Vamos a tratar de conservar los puestos de trabajo. Lo demás lo podemos pelear, si no hay laburo no hay impuesto a las ganancias, asignaciones familiares ni paritarias”, comentó el gremialista. Pero incluso los estudios de los privados respaldan la mayor preocupación que por estos días aqueja al gobierno. Hoy la consultora Econométrica difundió un informe en el que sostienen que el año que viene habrá una recuperación entre el 2 y el 3 por ciento en el PBI después del estancamiento registrado en 2012, pero que de surgir “un clima de confrontación con la CGT, no descartamos que llegue a tocar el 30% anual”. El problema es que incluso con una tasa que llegue al 25%, los empresarios están preocupados porque ven inviable otro año más con subas de precios a ese nivel. En la UIA sostienen que si se continúa con ese ritmo, se reducirían las ventas y eso perjudicaría el nivel de actividad económica, porque la reducción del consumo tendría un impacto recesivo. Los industriales plantean que con la inflación actual hay una pérdida constante de competitividad y por eso está presionando al gobierno para que impulse los topes salariales. En ese grupo están convencidos que no pueden seguir tolerando paritarias altas sin reglas de juego claras. “Hay que consensuar medidas. No importa si es 18, 20 15, sino que haya un acuerdo de precios y salarios”, comentaron a LPO desde la entidad empresaria. En la UIA explican que los flojos números que mostró el Indec durante el año en cuanto a actividad económica son incluso peores Lo cierto es que Axel Kicillof ya no cuenta con el respaldo incondicional de la presidenta que supo tener. El gobierno se encuentra cada vez más debilitado y ni siquiera la central más importante que dice responderle parece hacerle caso y ya advirtió que está dispuesta a hacerle frente de ser necesario. La Casa Rosada está entre la espada y la pared: por un lado la presión de la UIA y del otro el sindicalismo rechazando sus intentos de pautar topes en las subas. Los beneficios de la inflación ya dejaron de sentir sus efectos, como pasó en el 2011 y lo que queda ahora no es más que el riesgo recesivo, con un oficialismo cada vez más aislado.

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